La casa donde el trovador cubano Compay Segundo vivió sus últimos años ha sido convertida en un museo que será inaugurado el próximo viernes 27 en La Habana, dijo una portavoz de la banda creada por el artista y que lleva su nombre.
Una fuente de la oficina de representación del grupo musical “Compay Segundo” confirmó a Efe que la inauguración de la casa-museo forma parte de las actividades que se realizarán desde el viernes y hasta noviembre de 2007, en conmemoración del centenario del nacimiento del legendario intérprete.
Máximo Francisco Repilado Muñoz, quien se hizo popular con el nombre artístico de Compay Segundo, nació en la localidad costera de Siboney, en la provincia oriental de Santiago de Cuba, el 18 de noviembre de 1907.
Compay Segundo obtuvo un gran éxito a nivel internacional con más de 80 años de edad a partir de su participación en 1997 en el proyecto musical Buena Vista Social Club, con el que cobró mayor celebridad y paseó por los más importantes escenarios del mundo.
Murió el 14 de julio de 2003 de una insuficiencia renal y fue sepultado dos días después en Santiago de Cuba, cuna del son y de la trova cubana.
Su hijo, Salvador Repilado, anunció este lunes en Santiago de Cuba, según reportó la Agencia de Información Nacional, que el año que viene quedará instalado un monumento funerario dedicado al popular músico en el cementerio de Santa Efigenia de Santiago de Cuba.
El conjunto escultórico recordará algunos de los elementos que le acompañaron a los largo de su vida como su inseparable sombrero, la guitarra y sus populares canciones.
Salvador Repilado, actual director del grupo musical creado por su padre, dijo que la obra escultórica estará presidida por la frase “Las flores de la vida”, título de una de las canciones del veterano músico y de un disco que grabó en el año 2000.
Compay Segundo supo apurar la esencia de la bohemia santiaguera de los años 20 y 30 del pasado siglo y relacionarse con los más destacados músicos cubanos del momento hasta que se trasladó a La Habana, donde se consolidó como un cantante y compositor excepcional.
Más de un centenar de canciones y el armónico, un instrumento en el que mezcló la guitarra española y el tres cubano (guitarra de tres cuerdas), son los principales aportes del “Patriarca del Son” a la música cubana, a la que le coronó con superventas de discos internacionales ya rondando los 90 años.