El Museo de Bellas Artes (SZM) de Budapest ha registrado un récord de visitantes en los dos primeros días de la exposición del célebre pintor Vincent Van Gogh, al ascender a más de 10.000 el número de entradas vendidas.
Según informan los medios locales, este éxito registrado el sábado y domingo pasados dobla al número de visitantes de la muestra más popular que había habido en Hungría hasta ahora (sobre Monet).
El director del SZM, László Baán, opinó en declaraciones a los medios locales que “este podría ser el acontecimiento cultural más visitado de los últimos cien años”.
“La exposición de Van Gogh es la realización de un sueño”, dijo Baán, según quien el público húngaro nunca había visto una muestra semejante.
El director del SZM recordó que en Europa Central y del Este hace más de cien años que no se juntaban tantas obras del pintor holandés resaltó su esperanza de que con esta exposición el museo cotizará mejor entre las salas de arte del continente.
La exposición muestra 77 de las más famosas obras del pintor holandés, cedidas en préstamo por el Musée D’Orsay de París, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el National Gallery of Art de Washington y del Museo Van Gogh de Amsterdam, entre otros.
La organización de la exposición costó más de 1,5 millones de euros (1,95 millones de dólares), mientras que fue asegurada por un valor de 586 millones, informó el museo.
La muestra se compone de 43 pinturas, 24 dibujos y 10 grabados, acompañados de obras de los pintores que influyeron en el arte de Van Gogh, como, entre otros Rembrandt Van Rijn (1606-1669), Eugène Delacroix (1798-1863), Charles François Daubigny (1817-1878), así como de artistas magiares que se inspiraron en el holandés.
Por otra parte, la muestra de Van Gogh es el acto final de la celebración de centenario del Museo de Bellas Artes, que abrió sus puertas ante el público el 1 de diciembre de 1906, inaugurado por el emperador austro-húngaro Francisco José.
Según la comisaria del SZM, Judit Geskó, la meta de esta exposición es “romper los clichés románticos, como el del pintor solitario” y ofrecer en su lugar la visión de “un genio que creaba muy conscientemente. Conocedor e interprete de las tradiciones artísticas”.
La muestra está dividida en cinco unidades, con el primer salón, llamado “el museo imaginado de Van Gogh”, dedicado a los pintores que influyeron en el holandés, como Rembrandt y Delacroix, entre otros.
El segundo y tercer salones revelan la primera y segunda etapa de la pintura de Van Gogh, desde el inicio en Holanda hasta su estancia en Francia (en París, Arles, Saint Rémy y Auvers-sur-Oise), mientras que en la cuarta sala cuelgan docenas de grabados japoneses que influyeron asimismo en la creación del famoso pintor.
Por último, el quinto salón muestra la influencia de Vincent en pintores húngaros, como, por ejemplo, en Gyula Derkovits (1894-1934).
Así, se muestran en total más de 150 obras de diferentes artistas y épocas.
Por otra parte, Geskó destaca también obras menos conocidas de Van Gogh, elegidas para que el público “comparta la revelación de una verdadera experiencia”.
Los organizadores esperan que el número de visitantes de la exposición supere los 500.000 hasta marzo de 2007 y permita así que el museo, que ha gastado unos 400.000 euros (520.000 dólares) en garantizar la seguridad de las obras, pueda cerrarla con beneficios.
La muestra estará abierta ente el público hasta el 20 de marzo de 2007.