Silvia Coreale, la abogada argentina que postula ante el Vaticano la beatificación del arquitecto catalán Antoni Gaudí (1852-1926), consideró que quien proyectó el templo de la Sagrada Familia en Barcelona “se santificó en su profesión”.
“No se casó y, según dijeron quienes lo conocieron, vivió un amor esponsal con su gran obra: la Sagrada Familia”, señaló la experta en derecho canónico en declaraciones publicadas por el diario “La Nación”, de Buenos Aires.
Coreale, quien reside en Roma desde hace 19 años, hizo una visita a Argentina en momentos en que también se encontraba en el país el presidente de la Asociación Pro Beatificación de Gaudí, el arquitecto español José Manuel Almuzara.
Ambos dijeron al periódico estar conmovidos por los casos de personas que se convirtieron al cristianismo al conocer la Sagrada Familia, obra en la que Gaudí trabajó durante 42 años, no llegó a concluir y que hoy es uno de los edificios más visitados de España.
La Santa Sede también ha recibido relatos de “gracias recibidas por la intercesión de Gaudí de todo tipo y de todas partes del mundo”, manifestó Coreale antes de indicar que el proceso de beatificación, que se abrió en 2003, está “avanzado”.
En los próximos meses la abogada y un relator concluirán un informe o “positio” sobre el candidato a santo y quedarán “a la espera del milagro que avale la beatificación” del genial arquitecto catalán, explicó Coreale.
En esta fase del proceso en Roma se deberá probar al menos la existencia de un milagro efectuado por Gaudí y el informe deberá ser aprobado sucesivamente por un grupo de expertos, por una junta de cardenales y obispos y finalmente por el Papa.
Coreale, la única mujer entre los 150 postuladores con responsabilidad sobre procesos internacionales que trabajan para la Congregación para las Causas de los Santos en la Santa Sede, reconoció que en principio se resistió a aceptar la causa de Gaudí.
“No quería ser su postuladora porque lo imaginaba como alguien muy particular, del tipo de Salvador Dalí”, señaló la experta, quien dijo que cambió de idea cuando leyó las declaraciones de los hijos de los colaboradores del arquitecto modernista.
“Ellos decían que estaba tocado por el dedo de Dios -agregó-. Cuentan que en una oportunidad no sabían cómo resolver un problema de construcción que se les presentó y Gaudí se puso de rodillas a rezar. Después de un rato les dijo que Dios le había indicado qué hacer y solucionó la cuestión de forma genial”.
Además, indicó que tras empezar a trabajar en la Sagrada Familia “rechazó los pedidos para construcciones civiles, se compenetró con el espíritu penitencial de este templo y entró en un clima de oración y austeridad”.
Gaudí, que además de la Sagrada Familia proyectó el Parque Guell, la casa Batlló o el edificio de “La Pedrera” en Barcelona, entre otras construcciones, nació en Reus (Tarragona) y murió atropellado por un tranvía en la capital catalana.
Coreale recordó que en el momento del accidente que le costó la vida el arquitecto “estaba vestido tan sencillamente que quienes lo asistieron no lo reconocieron y lo llevaron” al Hospital de los Pobres de Barcelona, donde falleció.
Fuente: EFE