La revista mexicana de estética y antropología Artes de México ha reunido la visión del circo que desde el siglo XIX han tenido pintores, grabadores, poetas, escultores y narradores en dos números que acaba de presentar.
Cargados de magia y fantasía, llenos de tigres, elefantes, camellos y caballos, así como de payasos y malabaristas inolvidables, el espectáculo del circo se presenta con “sus imágenes y sus mejores instantes traducidos por los escritores y artistas de México y del mundo”, dijo Alberto Ruy Sánchez, director de la publicación.
En entrevista con la agencia internacional de noticias Efe, el también escritor explicó que con los números recién presentados, que llevan por título “Circo. Arte y poesía” y “Circo II. Leyenda y color”, se pretende continuar el espectáculo que se presenta cada tarde en los circos de México.
En ambos números se muestran pinturas, grabados y esculturas de mexicanos como Rufino Tamayo, Francisco Toledo, José Guadalupe Posada, Ángel Zárraga, Rafael Coronel, María Izquierdo y Chucho Reyes, que sorprenderán al lector.
El director de la publicación mencionó que entre las obras destacan los payasos realizados por de José Guadalupe Posada, el grabador que creó el personaje de “La Catrina”, la elegante calavera vestida de mujer que representa la muerte.
“Posada no sólo dibujo a los payasos de circo, sino que también recreó, para unos folletines, los poemas y diálogos de los payasos para que la gente los pudiera hacer en su casa o para que los circos en provincia retomaran los chistes de los grandes payasos del momento”, apuntó Ruy Sánchez.
En cuanto a los textos de estos números, hacen referencia al mundo que se encierra bajo las inmensas carpas que transitan por los pueblos y ciudades de México.
Entre ellos hay uno de gran valor, como el del escritor español Ramón Gómez de la Serna, uno de los más dedicados al circo.
Además se incluyen otros de los mexicanos José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, Francisco Hernández, Federico Serrano, Marco Buenrostro, Ruth Lechuga, y uno más del poeta cubano Eliseo Diego,
Arturo Atayde, uno de los fundadores del Circo Atayde, de los más antiguos de México, ofrece un testimonio de qué es la vida nómada de los artistas del circo y del compromiso que muestra cada uno de los integrantes de una compañía en cada función.
La actividad circense da trabajo en este país a unas 35.000 personas, lo que a juicio de Ruy Sánchez da idea de que el espectáculo sigue vigente.
La publicación también documenta con fotografía el desarrollo del circo, con una historia en este país de 120 años, y cómo aquellos jóvenes que no tenían dinero suficiente para comprar un boleto buscaban una rendija en la gran carpa para deleitarse con las acrobacias de los artistas que volaban por los aires.
Otras imágenes que aparecen en la revista son las de elefantes, que lo mismo saludan con la pata levantada que montados unos sobre otros formando esculturas, como los representa el escultor y pintor oaxaqueño Francisco Toledo.