Alejandro Filio: Cantautor por necesidad

En del marco de la segunda edición del Festival Internacional de la Canción de Autor Panamá 2008, tuve la oportunidad de entrevistar a Alejandro Filio, autor de cientos de canciones y con 16 discos en su haber.

Filio, junto a Mexicanto y Fernando Delgadillo iniciaron el movimiento de cantautores en México, siguiendo los pasos de los maestros de la Nueva trova cubana. El cantautor asegura que para él todo empezó al darse cuenta que lo suyo es más que música, es una necesidad de expresarse.

– ¿Cómo inicia tu camino dentro de la canción de autor?

Yo creo que la música vino a encontrarme a mí así como yo la encontré a ella, por pura casualidad, como una necesidad de expresión. En mi casa somos mucha gente, somos 10 hermanos, y entonces era algo así como un socialismo mal organizado. Estando en casa, sentía que tenía que darme a entender de una manera distinta, con algo diferente y así fue: mi hermano mayor llevó una guitarra a la casa y desde que supe cómo entonar pude decir cosas que no podía decir hablando. Ese es el origen de mi canción de autor: la necesidad de expresarme de una manera distinta.

– ¿Qué influencias tuvo el movimiento Canto Nuevo de la Trova Cubana?

Hablo en plano personal, porque una organización en México no hay; somos un grupo de gente que empezamos siendo muy extraños y diferentes a lo que había; no éramos muchos: Fernando Delgadillo, Mexicanto y Alejandro Filio; ya había pasado el tiempo de Gabino Palomares y Marcial Alejandro. El movimiento de la nueva trova cubana con Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Vicente Feliú, Noel Nicola, Sara González nos llegó a México por intercambios culturales y nos llamó mucho la atención a los no estábamos definidos. En los años 80 no estábamos definidos en lo que hacíamos, ya no era canto nuevo porque se le relacionaba con el folklore andino, nos tachaban de baladistas. ¡Qué cosa tan extraña escribe este chico! ¿Qué es? ¿En qué género cabe? Así fue que esta nueva generación que tiene mucha influencia de los grandes, de los viejos, al mismo tiempo que de Joan Manuel Serrat, de Víctor Manuel. Nosotros tomamos la canción comprometida no necesariamente la protesta sino una propuesta diferente de música, pensamiento, de tiempos mejores para nuestro país.

– Otros grandes cantautores como Silvio Rodríguez, Alejandro Lerner y León Gieco interpretan canciones de Alejandro Filio, ¿cómo llega a ocurrir esto?

Ese es un trabajo que se llama Un secreto a voces. Creo que esa fue la prueba de fuego, algo así como el examen final con profesionales de primera categoría. Yo no conocía a ninguno de ellos y ellos no me conocían a mí. Les mandé los discos – que era lo que tenía – y una carta en la que decía lo que quería y esperaba de la música en mi país; todos me respondieron que sí en menos de un mes. El disco tardamos cuatro años en hacerlo pero fue impresionante la respuesta de una gente que claramente creyeron en las canciones, esto vino a constatar que el trabajo que yo venía haciendo, que ya tenía 15 años haciendo de alguna manera, era diferente y estaba bien hecho. Así fue que entre a las filas de este tipo de compañeros que no son contemporáneos míos algunos como Pedro Guerra o Alejandro Lerner, pero hay algunos como Luis Eduardo Aute, Juan Carlos Baglietto, Alberto Cortez, todos los que están ahí creyeron en las canciones porque Alejandro Filio no lo conocían.
La canción es la tarjeta de presentación del artista, yo creo definitivamente que sí.

– ¿Qué opinas de la venta de canciones a otros intérpretes?

Eso es una etapa, a mi me han grabado canciones Mijares, Tatiana, María del Sol, Flans, gente que no tenía nada que ver con lo que yo hacía, pero de algo había que comer en los 80 y cuando me dediqué a componer para mi, nunca más volví a componer para nadie y hay gente que me pide canciones pero yo tengo la convicción de que las personas deben ser interpretadas de una manera digna; la gente piensa cosas interesantes, siente cosas interesantes, necesitan verse reflejados en líneas que sean verdad, que sean las personas mismas, por eso escribo cosas que me pasan a mi y que le pasan a todos.

– Al hablar de tu vida en las canciones, ¿no quedas expuesto ante el público?

Claro.

– ¿Cómo lidias con eso?

Es un gran problema. Mucha gente se mete en problemas por eso, porque saben de ti, saben de tus hijos, sabes lo que piensas y sabes lo que sientes. Pero a la vez, creo que la gente que recibe la canción es agradecida porque antes de juzgar o de calificar o de cualquier otra cosa, más que fans son gente que se reconoce en la canción y esa es la labor del cantautor. La fama, el dinero y el éxito es mera consecuencia del trabajo, pero la verdadera labor es interpretar lo que sienten todos y no pueden decir con palabras.

– ¿Sale mejor escribir acerca de otras personas?

Claro, toca a veces hacer el papel de líder de opinión. Hablar de las problemáticas sociales. Hablando de Latinoamérica toca hablar de las injusticias, de las inconformidades y esto es un tema muy personal, el punto de vista personal debe exponerse en la música y además, comprometerse con eso. Cuando hablo de mi carrera hablo de mí, lo digo en tono personal. No se si mis compañeros creen en lo que yo creo.

– ¿Te ha traído problemas expresar tu punto de vista personal acerca de las problemáticas sociales?

Eso es parte de lo que yo hago mucho. Cuando hablo de creer, hablo de creer en nosotros mismos, no me gusta hablar de política, no me gusta la política y no creo en los políticos. Creo en la gente, por eso cuando un político es más humano, es más interesante; como Zapatero o Lula Da Silva, los políticos de izquierda pero de nuevas izquierdas; no como Chávez que se metió en una cápsula del tiempo, se trasladó en un túnel y quiere hacer cosas que ya hicieron muchos y que no funcionaron y las que funcionaron ya pasaron de momento y de lugar.

– ¿Cómo ves el desarrollo de la canción de autor americana desde el momento en que empezaste hasta ahora?

Lo veo en un momento muy interesante porque está repleto de gente nueva y muy joven. Son una generación que viene cargada de información y tienen mucho de qué hablar, además son chicos que se comprometen en serio. Son pocos, comparados con la masa que existe enajenada y enajenadora, pero los chicos cantautores están en el momento de la recuperación de nosotros mismos. Esta gente joven que participa en el movimiento de cantautores iberoamericano tiene una calidad y compromiso para hacer las cosas impresionantes.

– El Internet tiene que ver con esto…

Por supuesto. Una vez, platicando con Silvio (Rodríguez) me decía que en los años 60 o 70 con el casete podía llegar a países como Panamá, Nicaragua o México y la gente lo conocía, pero hoy en día, un chico abre un blog, sube su música y a la media hora puede estarlo oyendo un asiático. Son increíbles los beneficios que trae el Internet, la era cibernética, para poder promover la música; de ahí que esté casi enterrada la industria discográfica y la industria independiente esté cada vez más poderosa y más definida.

– ¿Hacia donde se proyecta la canción de autor desde tu punto de vista?

Como te decía, hacia la recuperación de nosotros mismos. Nos hemos perdido y es el momento de recuperarnos.