La voz de Gabriela Mistral resonó hoy con sus poemas en la Biblioteca Nacional de Chile, en el inicio de la conmemoración de los 50 años de la muerte de la Premio Nobel de Literatura (1945), cuya obra recordaron en un coloquio escritores, ensayistas y poetas.
Este miércoles, la voz de la poetisa, fallecida el 10 de enero de 1957, inundó la Biblioteca con sus poemas, conservados en registros originales que formarán parte del centro de archivo y difusión de la obra de Mistral que el ministerio de Cultura aspira crear.
Al tiempo, los funcionarios de la Biblioteca repartieron a los usuarios textos con extractos de las obras de Mistral y durante varias horas parte de sus poemas fueron leídos en voz alta en el antiguo y vetusto edificio por niños y adultos.
En el mismo recinto se realizó la mesa redonda “El Legado de Mistral”, en el que participaron poetas, escritores y ensayistas, todos conocedores y estudiosos de la vida y obra de la autora de “Desolación”, que nació el 7 de abril de 1889 en la norteña ciudad de Vicuña.
Entre ellos, el poeta chileno Gonzalo Rojas, Premio Cervantes de Literatura y también el Premio Nacional de Literatura, Alfonso Calderón.
La jornada siguió con la exhibición del documental “El ojo limpio” de Maga Meneses, sobre la vida de la escritora y con un recital de poesía y música en el que participaron las poetisas Eugenia Brito, Paula Ilabaca y Malú Urriola (Premio Pablo Neruda 2006).
En la tierra de la que fue también maestra rural, el Museo que lleva su nombre difundió a través de radios locales una serie de programas especiales sobre la vida y obra de la Premio Nobel de Literatura, que murió en Nueva York en 1945.
Chile había sido mezquino con su poeta, a la que seis años después de haber recibido el Nobel otorgó el Premio Nacional de Literatura.
En la actualidad, Gabriela Mistral, nacida como Lucila Godoy Alcayaga, aún es una desconocida por los chilenos, como ha señalado Jaime Quezada, biógrafo de la autora y presidente de la Fundación que lleva su nombre.
Pero no en Vicuña, a 533 kilómetros al norte de Santiago, donde cientos de escolares y autoridades visitaron este miércoles su tumba en Monte Grande y asistieron a una misa en su memoria.
En tanto, para el domingo las autoridades organizaron una “mateada” gigante en la plaza de esa ciudad.
La infusión de yerba mate era una de las bebidas preferidas de la poetisa, que solía disfrutar junto a su familia y amigos en los diversos países que visitó y en los que vivió.
Gabriela Mistral que a los 15 años publicó sus primeros versos, en 1910 obtuvo el título de maestra en Santiago y cuatro años después se produjo su consagración poética en los Juegos Florales de la capital de Chile.
Los versos ganadores, “Los sonetos de la muerte”, pertenecerían a su libro “Desolación” (1922), que publicó el Instituto de las Españas de Nueva York.
Póstumamente se recogieron Epistolario (1957) y Recados contando a Chile (1957), originales prosas periodísticas, dispersas en publicaciones desde 1925.
Amo y escribo poesias, poesias de amor y desde muy joven siempre he sido un gran admirador de los grandes de la poesia, Gabriela Mitral, Pablo Neruda, Mario Benedeti entre otros, agradezco a ustedes el podernos compartir toda la literatura mundial. Jaalpac