El British Council lanza un programa artístico en el mundo árabe

El British Council, organismo oficial de promoción de la cultura británica en el extranjero, demostró hoy su intención de dar prioridad al mundo árabe al presentar un ambicioso programa cultural y artístico para Oriente Medio y el Norte de Africa.

En una rueda de prensa, la directora de arte de la institución, Andrea Rose, señaló que la región “es de gran importancia para el Reino Unido” y por ello hay que “hacer un mayor esfuerzo para estrechar las relaciones”.

Con la creación de este programa, que incluye exposiciones, seminarios para museos, reuniones entre editores o intercambios entre personal docente, el British Council pretende “familiarizarse” con la región y que ésta también cambie su percepción del Reino Unido.

Rose rechazó que esta concentración de esfuerzos en la zona responda a una necesidad de restablecer la imagen de su país tras la intervención en Irak o la política de apoyo a Israel en el conflicto con el Líbano, y aseguró que la expansión en el mundo árabe no es un objetivo exclusivo del British Council, también de las instituciones europeas equivalentes, incluido el español Instituto Cervantes.

“Nosotros queremos tomar la iniciativa”, apuntó Rose, que explicó que el estrechamiento de las relaciones busca sobre todo cambiar “la percepción errónea” que los británicos tienen sobre el mundo árabe, y viceversa.

Laila Hourani, directora de creatividad para Oriente Próximo y el Norte de Africa, dijo que la imagen que se tiene de los árabes suele formarse a partir de las noticias de televisión, a menudo centradas en conflictos o la lucha contra el terrorismo.

Este programa de colaboración artística, el más completo de la historia del British Council y que estará en marcha durante tres o cuatro años, pretende acercar al Reino Unido “la vida cotidiana de los árabes, su vertiente cultural y humana”.

Algunos de los actos previstos son una exposición sobre joyas en los países del golfo Pérsico -una buena manera de “conectar” con los jóvenes árabes, según Rose-; seminarios sobre gestión de museos, “de los que cada vez hay más en el mundo árabe”; una exhibición de fotos sobre lo que significa ser musulmán en el Reino Unido, que circulará por la península Arábiga, o estancias de profesionales árabes en instituciones culturales británicas.

Desde Marruecos o Sudán a Bahrein, Kuwait o Irak, pasando por Arabia Saudí, Yemen, el Líbano o Palestina -Israel no se ha incluido en la región de Oriente Medio por “cuestiones administrativas y de idioma”, indicó Rose-, los jóvenes creadores de estos países podrán participar en proyectos teatrales o literarios que les permitirán presentar sus obras en Gran Bretaña.

Entre los más interesantes está un proyecto en colaboración con el teatro Royal Court londinense que permitirá que en febrero se estrenen en la capital británica obras de artistas sirios, y una iniciativa conjunta con Channel Four para mostrar en esa cadena documentales realizados por palestinos.

En cuanto a literatura, el British Council, con un presupuesto global de quinientos millones de libras (750 millones de euros) al año, promoverá las relaciones entre los editores para romper barreras culturales y, en el 2008, la Feria del Libro de Londres, que el año próximo estará dedicada a España, se dedicará al mundo árabe.