Era una canción de una letra de tono obsesivo, pero el público la entendió como de fidelidad y amor y, así, aunque estaba compuesta en media hora y su base musical era prácticamente elemental, “Every breath you take” se convirtió en el mayor éxito de su año y de su banda, The Police.
El 1 de junio de 1983 salía a la venta el single, extraído del álbum “Syncronithity” y que, rápidamente, se convirtió en un clásico: estuvo ocho semanas en el número uno de Estados Unidos, cuatro en el país de origen de sus creadores, Reino Unido, y ganó el Grammy a la mejor canción del año.
“La letra es tan banal que sólo puede estar concebida así a propósito”, reza una crítica de la época de la revista “No.1”. “Sting se toma una tarde libre de su filosofía y nos sacude con una minuciosamente normal canción de medio tiempo”, explicaba otra del “Record Mirror”.
“Every breath you take” es, a pesar de todo, un himno de la banda que, tras separarse en 1984, vive ahora una reconciliación que pasea en directo con un impresionante repertorio y con el carisma creciente de su vocalista, Sting, que fue quien compuso la canción.
“Me levanté en medio de la noche, con una línea en mi cabeza. Me senté en el piano y estuve escribiendo durante media hora. La melodía era genérica, una ampliación de tantas otras, pero las palabras eran interesantes. Sonaba como una canción de amor, pero no me di cuenta en el momento de lo siniestra que era”, reconocía Sting en 1993 al diario británico “The Independent”.
“En ella subyace el pensamiento del Gran Hermano, de la vigilancia y el control. Era el año de Ronald Reagan y la Guerra de las Galaxias con la URSS”, continuaba, aunque esas declaraciones no hacían mención a la razón de ser más evidente del tema: la ruptura del matrimonio del cantante con su primera esposa, la actriz Frances Tomelty.
Frases como “¿No puedes ver que me perteneces?” o “Cada paso que des… te estaré observando” denotan una presunta poca deportividad de Sting a la hora de tomarse su fracaso sentimental, pero también se estaba fraguando entonces otro divorcio, el de la propia banda, completada por Andy Summers y Stewart Copeland.
Con los millones de copias vendidas de sus cinco álbumes habían sido considerados “la segunda invasión británica de la música” tras The Beatles y su carrera recorría los sonidos rock, jazz, reggae y punk para desembocar, cada vez más claramente, en el pop.
“Every breath you take” era la máxima expresión de esa tendencia, estaba producida por Hugh Padgham y contó con un sencillo pero efectivo videoclip en blanco y negro. Todos los elementos confluyeron en el éxito que, sin embargo, llevó a la divergencia del grupo.
Las tensiones internas de la banda llevaron a la disolución del grupo un año más tarde y, aunque nunca fue anunciada oficialmente, quedó patente en las distintas carreras individuales de cada uno de los miembros en los años siguientes.
Sting interpretaría un año más tarde la canción junto a Phil Collins en el Live Aid de 1985, en el Wembley Stadium de Londres, y emprendió una exitosa carrera en solitario, con temas clásicos como “Fields of gold”, así como una filmografía como actor que incluye películas como “Dune” (1984), de David Lynch.
Copeland también se acercó al mundo cinematográfico, pero en la composición de bandas sonoras tan representativas como las de “La ley de la calle (Rumble Fish)” (1983), “Wall Street” (1987) o “West Beirut” (1998).
Andy Summers, en cambio, se convirtió en colaborador para otras bandas de rock y diversificó su creatividad hacia la fotografía y la literatura ensayística.
Su primer recopilatorio tras la ruptura se llamó precisamente “Every breath you take: The singles” (1986), lo que trasluce el tirón popular del tema que, a su vez, ha sido versionado por diferentes artistas como Millencolin, UB40 y, el más exitoso de todos, Puff Daddy.
Bajo el nombre de “I’ll be missing you”, que fue número uno seis semanas en Estados Unidos en 1997, se volvió a poner de moda esa melodía básica, que puso también la primera pieza también para la reconciliación de The Police en 2003, al ser interpretada por la banda en la ceremonia que les hacía miembros del Rock and Roll Hall of Fame.
Ya en 2005, en los prolegómenos de la reunificación, Sting reescribió la letra para el Live Aid de 2005, desvió su interpretación del tema hacia la amenaza a los países que conforman el G-8 y, para frenar los abusos políticos en los países pobres, exclamó: “We’ll be watching you” (“Los estaremos vigilando”).
por datos y artículos como éste es que NUNCA dejo de leer tu blog RUTH.
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