La guerra, el urbanismo, la industrialización y el clima son las mayores amenazas del patrimonio monumental, según una organización que dio a conocer hoy en Nueva York una lista con los cien monumentos que más peligran en el mundo.
El legado arqueológico de Irak, el centro de Lima, el Machu Pichu en Perú y la ciudad de Chinguetti en Mauritania son ejemplos de los efectos devastadores de esas amenazas, según el Fondo Mundial para los Monumentos, que destacó el acueducto de Segovia como paradigma del éxito de una acción concertada de salvamento cultural.
Según la directora de la organización, Bonnie Burnham, la degradación más grave se produce en la actualidad en Irak, donde definió la situación como “catastrófica” por el caos en que se encuentra sumido el país árabe desde la invasión estadounidense.
“Hace falta una inmediata coordinación con las autoridades iraquíes para garantizar la seguridad y que se pueda preservar el inmenso patrimonio de ese país”, subrayó Bunham en alusión a los yacimientos arqueológicos de la antigua Mesopotamia.
Tras el expolio y saqueo que sufrieron en los primeros años de la guerra, las ruinas de Babilonia, Nínive y Ur están ahora amenazadas por el abandono y la intolerancia religiosa que conlleva el conflicto civil larvado que se registra en Irak.
Los Budas de Bamiyan en Afganistán, La Iglesia de la Natividad en Palestina, la arquitectura de Sarajevo en Bosnia-Herzegovina y los edificios históricos de Freetown -en Sierra Leona y que llegó a ser conocida como la “Atenas de África del Oeste”-, asimismo figuran entre los lugares que peligran por las guerras.
En la categoría de los monumentos que corren mayor amenaza por lo que la organización califica de “la presión económica” -que gira en torno a proyectos de desarrollo-, la lista incluye la ciudadela de Damasco y el arte rupestre de Australia, aparte del Machu Picchu, afectado por la deterioro que ha traído la industria del turismo.
El barrio de Huaca en la ciudad mexicana de Veracruz, la ciudad de Amber, en la India, y la de Kandy, en Sry Lanka, destacan junto al centro de Lima como casos de una urbanización sin control, cuyas peores consecuencias son la especulación del suelo y la falta de estructuras y recursos.
En sus cuarenta años de existencia, el Fondo Mundial para los Monumentos considera por primera vez el “cambio climático” como causa de degradación monumental, un apartado que Chinguetti comparte con, entre otros sitios, el núcleo histórico de Nueva Orleans, en Estados Unidos, que fue arrasado por el huracán Katrina.
A preguntas de los periodistas, la jefa del programas del Fondo, Michelle Berenfeld, reconoció que Nueva Orleans podría, no obstante, “incluirse en algún otro apartado”, en referencia a la ausencia de medidas de prevención y de respuesta de las autoridades ante el desastre natural.
Berenfeld destacó también el Acueducto de Segovia, pero como ejemplo de “éxito” en la salvaguarda del patrimonio.
“Muchos no entendieron que incluyéramos el Acueducto de Segovia en nuestra lista de 2006, pero lo cierto es que, una vez que se dieron cuenta de lo que estaba en juego, las administraciones locales y nacionales se pusieron manos a la obra para arreglar los desperfectos que hacían peligrar el monumento”, explicó.
“El Acueducto de Segovia sirve ahora de ejemplo -añadió- de cómo se puede remediar una situación mediante una acción concertada”.
Los lugares históricos son mayoría en una relación en la que tampoco faltan algunos edificios contemporáneos, cuyo deterioro se debe a un déficit de mantenimiento por insuficiente conciencia de su importancia como patrimonio cultural.
Entre ese tipo de edificios resalta la Fundación Joan Miró de Barcelona, el único monumento español en una lista en la que también se trata del “más joven”.
La organización justifica su inclusión en la relación de la Fundación Joan Miró, cuya construcción data de 1875, a los problemas que causa “su innovador techo”.