La liberada miembro de Pussy Riot asegura que el grupo punk seguirá en activo

La componente de Pussy Riot, Yekaterina Samutsévich, que recibió ayer la libertad condicional, aseguró hoy que el grupo punk ruso seguirá en activo, aunque no volverá a actuar en templos religiosos.

“Me gustaría seguir dedicándome a las actividades del grupo. Nuestro trabajo es entendido en todo el mundo. Nosotros nunca anunciamos nada de antemano. Todo debe ser inesperado”, dijo Samutsévich a la canal de televisión REN-TV.

Samutsévich insistió en que la actuación por la que ella y sus dos compañeras, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, fueron condenadas a dos años de cárcel fue una acción política y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.”No somos un proyecto comercial. Estamos siempre abiertas a todo aquel que quiera unirse a nosotras”, dijo en la entrevista que se emitirá el sábado, aunque varios extractos fueron divulgados hoy por las agencias locales.

En cualquier caso, aseguró que el grupo, fundado en 2011, no tiene previsto protagonizar en el futuro acciones de protesta en iglesias o recintos religiosos.

“Si hemos hecho daño a alguien, pedimos perdón”, dijo, en alusión a los creyentes ortodoxos, cuyos sentimientos fueron insultados por el grupo, según la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR).

La cantante aseguró que su puesta en libertad no significa que haya modificado su oposición hacia el presidente ruso, Vladímir Putin, o que exista una división entre ella y sus dos compañeras que aún continúan en prisión.

“Todos tenemos las mismas convicciones y no pensamos renunciar a ellas. En el grupo no hay conflictos ni enfados, ni nunca los ha habido”, dijo.

Acusó a las autoridades de intentar dividir a las tres famosas miembros de Pussy Riot, que fueron condenadas en agosto pasado a dos años de cárcel tras protagonizar una plegaria punk contra Putin en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.

Samutsévich denunció que las autoridades rusas practican “un extraño juego” con el objetivo de dividir al grupo, cuya liberación ha sido demandada por las cancillerías occidentales y numerosas estrellas de la música en todo el mundo.

“No teníamos un único objetivo, pero hemos logrado lo que buscábamos. Deseo mucho que Masha y Nadia sean puestas en libertad”, afirmó.

Mientras, las encarceladas miembros de Pussy Riot, Tolokónnikova y Aliójina, manifestaron hoy por medio de su abogado, Mark Feiguin: “No hay ningún compromiso, lucharemos contra el sistema hasta el final”.

La Iglesia Ortodoxa Rusa lamentó hoy que esas dos mujeres se nieguen a reconocer su culpa y tachen de “chantaje” los llamamientos de la IOR para que muestren arrepentimiento a cambio de una revisión de su condena.

Los jueces que estudiaron ayer el recurso presentado por la defensa de Pussy Riot aseguraron hoy que no recibieron ninguna presión de las autoridades y que Samutsévich fue liberada, ya que, aunque entró en la catedral, no le dio tiempo a gritar, como sí hicieron sus compañeras.

En cambio, algunos activistas y opositores creen que Samutsévich, la única de las tres mujeres que no tiene hijos, fue liberada tras cambiar de abogado y mostrar una actitud menos rebelde hacia el tribunal.

“Madre de Dios, echa a Putin”, decía la canción cuyo vídeo fue ampliamente difundido en internet y en el que se criticaba a la Iglesia por pedir el voto para Putin en vísperas de las elecciones presidenciales de marzo.