El Necronomicón es un libro de saberes arcanos y magia ritual, cuya sola lectura provoca la locura y la muerte. El contenido es aterrador; pueden hallarse en él descripciones de espantosos sacrificios, fórmulas olvidadas que permiten contactar con entidades sobrenaturales de inmenso poder. También incluye multitud de rituales para resucitar a los muertos y viajar a las dimensiones donde habitan seres sobrenaturales.
Alrededor del año 730 d.C. fue escrito por el poeta árabe Abdul Al-Hazred, de Sana (Yemen) bajo el título de Al Azif, en árabe: “el rumor” de los insectos por la noche, rumor que en el folclore arábigo se atribuye a los demonios necrófagos que, según ciertas leyendas orientales, habitaban los cementerios, profanaban las tumbas y se alimentaban de los cadáveres (guls).
Se dice que Alhazred murió a plena luz del día bajo las garras de una bestia invisible, delante de numerosos testigos.
Hacia el año 950 fue traducido al griego por Theodorus Philetas y adoptó el título actual griego: Necronomicón.
Comenzó a tener una rápida difusión entre los filósofos y hombres de ciencia de la Baja Edad Media. Sin embargo, los horrendos sucesos producidos en torno al mismo hicieron que el patriarca Miguel y la Iglesia Católica lo condenara en el año 1050, sin embargo, no pudieron evitar que se salvara una copia que en el año 1228 llegó a manos de Olaus Wormius, quien tradujo el libro al latín, en la que es la versión más famosa, pues aún quedan algunos ejemplares de ella, mientras que los originales árabe y griego se han perdido.
Casi cuatro siglos después, estos textos restantes se ubican en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad de San Marcos de Lima, en la Biblioteca de Widener de Harvard, la Biblioteca Nacional de París, en el Museo Británico y en la Universidad de Miskatonic en la ciudad de Arkham, Estados Unidos.
En los últimos años, hombres de ciencia, profesores y curiosos han solicitado el libro en dichas instituciones, pero ha sido inútil; lo único que reciben son negativas; esto es así porque a pesar de las detalladas referencias, de las citas que han trascendido y los párrafos que se han colado en el saber popular, el Necronomicón sólo ha existido en la mente de su creador, el escritor Howard Philips Lovecraft, quien lo mencionó por primera vez en 1922.
Es decir, nada de lo anteriormente mencionado es real. Incluso la Universidad de Miskatonic es falsa.
EL ENGAÑO
Mediante parábolas y fragmentos de textos esotéricos, Howard P. Lovecraft ofreció sutiles referencias sobre una siniestra ceremonia de sabiduría que solamente estaba al alcance de algunos iniciados en el satanismo.
La verosimilitud con la que están redactadas hace que se parezcan a las citas de los libros ocultistas del Renacimiento, que en algunos casos también forman parte del marco mitológico del “Círculo de Lovecraft”, integrado por autores que aumentaron con sus propias aportaciones su bibliografía de terror, como el aborrecible “Libro del Eibón” ideado por Clark Ashton Smith, o el Cultes des Goules, que nació en la imaginación de August Derleth.
Sin lugar a dudas, este libro tiene la fama de dar pie a las más grandes confusiones. Se pueden encontrar páginas en Internet que pretenden desvelar sus misterios y hasta lugares donde se ofrece a la venta. Es frecuente que se cometan estafas, ofreciendo como “ejemplares del Necronomicón” réplicas de grimorios medievales.
Derleth mismo citó un anuncio que encontró (como muchos otros que aparecían en clasificados y catálogos de librerías especializadas): “Alhazred, Abdul, Necronomicón, España, 1947. Encuadernado en piel maltratada y descolorida, pero en general, en buen estado. Numerosos garabatos y signos místicos. Parece tratado en satín de magia ceremonial. Sello en guardas indica que procede de la Universidad de Miskatonic. Mejor postor”.
En 1960 se descubrió en el archivo de la Biblioteca General de la Universidad de California, una ficha muy bien elaborada que reflejaba la existencia de un ejemplar de Al Azif en sus fondos. Incluso se dice que Jorge Luis Borges creó una ficha sobre el mismo en la Biblioteca Nacional de Argentina, así como en el catálogo de la biblioteca de Santander (España) aparecía también una versión latina del mismo.
Es inútil que el mismo Lovecraft reconociera a sus amigos que se había inspirado en la Astronómica de Manillus, siempre habrá fanáticos que crean en la existencia del Necronomicón.
MAESTROS DEL ENGAÑO
Lovecraft no es el único que ha recurrido a este recurso. También Aldous Huxley, Arturo Pérez Reverte y Humberto Eco han utilizado como referencia libros ficticios.
Huxley lo hizo en “El mundo feliz”; Pérez Reverte en “El club Dumas” y Eco en “El péndulo de Focault”, citan toda una maga colección de referencias bibliográficas procedentes de párrafos invisibles escritos en libros inexistentes.
Sin embargo, el maestro del engaño fue el argentino Jorge Luis Borges, quien llevó esta práctica a su máxima expresión. Se desconoce si fue por aparentar ser un metaliterato o si lo hizo en un arrebato por simple diversión, pero se permitió incluso hacer críticas y reseñas de libros y autores que nunca han existido, como en Examen de la obra de Herbert Quain o en El Aleph.
Hay quienes señalan que con estas críticas, lo único que Borges pretendía era dejar ver su punto de vista respecto a las corrientes literarias de la época, incluso afirman que hay similitud entre los personajes inventados y algunos escritores reales.
LA BIBLIOTECA INVISIBLE
En Internet se pueden encontrar referencias de los libros que sólo existen en otros libros.
Invisiblelibrary.com es un catálogo completo de obras no leídas, no encontradas, no publicadas y no escritas. Tal como lo fueron en su tiempo las 34 obras citadas por John Donne en el siglo XVII, las 52 del catálogo del Conde Forstas de 1840, o la lista que se incluye en el ensayo “Imaginary Books and Phantom Libraries” de Walter Hart Blumenthal.
Dicen que hacer pasar libros falsos por auténticos es un arte que requiere de verdaderos maestros, pero ¿para qué sirven? aún nadie la sabe.
hola:
Excelente compendio de conocimiento.
Saludos
no dejas en claro si en realidad existio o no existio este libro, si pues seria bueno preguntar a los del mismo ponticife si en realidad existio este libro o no, a final de cuenta no cuesta nada negar todo esto (no ay q cerrarce a las posibilidades)
no, angel, no existió. Un tipo escribió sobre él comó si realmente existiera. Pero nada más.
me a alarado muchas dudas que tenia
mm… si existio.. de hecho si existio.. y esta en alemania por su seguridad.. pero no se en q lado.. eso nomas se…
Nah, eso no existió, Por eso me caen bien ese tipo de escritores, Lovecraft dejo su leyenda creando ese mito.
Algo similar a lo ocurrido con el proyecto Junko Junsui.
Saludos carnal, buen material, digno de un aplauso.
no es que crea en el necronomicon…”pero”…si sabes de lovecraft.si coloca mucho sobre temas ocultistas en sus libros y lugares igual.yo e leido el necronomicon y la verdad no creo que sea real pero si lees con cautela si te detalla formulas similares a las que e leido en otros libros,sobre la etimologia todos son existentes sobre los rituales para acceder a los planos superiores donde se ”presume” se encuentran estos seres son muy paresidos a muchos que conosco pero no se a ciensia cierta si son reales ”ya que desonfio de mis propeas palabras,no intetaria haser el experimento de realizar uno de estos ritos.y la verdad hay cosas que son mejor desir que son mentira para no asustar a las masas,”la mejor forma de ocultar la verdad es negandola e ignorandola”y no me refiero al libro…si alguien le interesa el tema este y otros aqui les dejo mi correo..
SI EXISTE YO LO COMPRE