La guionista e ilustradora francesa Chantal Montellier, una de las pioneras en el campo de las historietas, dijo hoy a Efe en Perú que las mujeres han ganado un lugar preferencial en el mundo de los cómics, reservado hasta hace poco para los hombres.
“Comencé a hacer dibujo en la prensa política sin tener conciencia de que yo era la primera mujer en ese momento. Evidentemente eso me dio notoriedad”, afirmó Montellier.
Hace ya 40 años que sus primeros dibujos fueron publicados en la prensa y para ella, el camino que ha recorrido hasta la fecha con su estilo de “ficción social” no ha sido fácil.
“Los hombres en el medio de las historietas no estaban acostumbrados a tener mujeres que se manifiesten, ni a que los eclipsen. Era un mundo masculino el de los dibujos políticos. Era exclusivamente masculino, hasta un periodo relativamente reciente”, afirmó Montellier.
La francesa visita Perú por primera vez para participar del V Festival Internacional de Cómic Mundo Viñeta, que se desarrollará hasta el 21 de octubre, y al que también han sido invitados el alemán Lyonn Redd y el estadounidense Alexis Fajardo.
“Las mujeres se situaban más en las ilustraciones para niños y jóvenes. Las diseñadoras que publicaban para el público adulto no se manifestaron hasta los inicios de los años 70. Ahora son más numerosas. Una generación que comienza a tomar su lugar en el mercado”, remarcó.
Montellier comentó que el rol del cómic ha ido evolucionando y que aunque al inicio sólo se dedicaba a la distracción, a partir de la década de 1970 tuvo una mayor utilidad para el “movimiento social, sindical e intelectual” con autores “con una voz, una mirada y un estilo personal”.
“La llegada de la contracultura, la sociedad que cambia, la revolución de 1968 en Francia, hizo aparecer una generación de autor que se expresa de una manera más personal”, manifestó.
Entre sus principales influencias se encuentra el italiano Guido Crepax, el francés Jacques Tardi y el argentino José Muñoz, quienes le enseñaron la calidad plástica en los dibujos.
Para Montellier, el tema de la amenaza nuclear tiene una gran presencia en la visión de su obra, como en el cómic “Mi amor Chernóbil”, donde muestra sus inquietudes y temores sobre ese desastre mundial en trazos desgarradores.
“La gente dice que lo nuclear es genial, que es la perfección absoluta. La perfección no es realizable. (las tragedias de) Fukushima y Chernóbil lo han probado”, puntualizó la autora, quien entre sus obras ha hecho una adaptación para la historieta de la célebre novela “El proceso”, del checo Franz Kafka.