La expectación por el séptimo y último libro de las aventuras de Harry Potter ha llevado a que algunas librerías se planteen romper el embargo y llenar sus estanterías con la esperada novela antes del 21 de julio, fecha oficial de lanzamiento.
“Es bastante probable que alguna de las cadenas de librerías rompan el embargo, porque todas quieren ser las primeras” en poner en manos del público la séptima obra del conocido niño mago, afirma Katherine Rushton, de la revista británica Bookseller.
Según la editorial Bloomsbury, que el próximo 21 de julio pondrá a la venta 325 millones de ejemplares de la esperada obra, titulada “Harry Potter and the Deathly Hallows”, “no existe razón alguna para creer que alguien pueda querer arruinar la emoción del momento”, informa hoy la cadena británica BBC.
“Haremos cumplir el embargo con todas las medidas que sean necesarias”, añaden los portavoces de la editorial.
Desde que la escritora británica J.K. Rowling, creadora de la saga literaria de Harry Potter, anunció que había terminado su último libro, los rumores sobre el final del mago llenan páginas de internet.
En su portal de internet, Rowling ha hecho también hincapié en la importancia de mantener la fecha oficial del lanzamiento del último libro, que se producirá a las 00.01 hora local del sábado 21 de julio (23.01 GMT del viernes).
“Me gustaría que los lectores que han crecido junto a Harry se embarquen en la última aventura que compartirán con él sin saber hacia donde van”, escribió recientemente la multimillonaria autora británica, cuyas seis primeras entregas que tienen como protagonista al intrépido mago han vendido más de 300 millones de ejemplares.
En los lanzamientos de las anteriores novelas, las librerías se vieron obligadas a cumplir con el embargo impuesto por Bloomsbury porque la editorial amenazaba con retener las futuras entregas a las que se saltaran las normas.
Sin embargo, en esta ocasión esta norma no tiene el mismo efecto, al tratarse del final de una saga que se traducirá en 64 idiomas y se exportará en su versión en inglés a más de 60 países.
Además del embargo, el documento que Bloosmbury hizo firmar a toda librería que quisiera vender la obra incluía la condición de mantener las cajas con los libros en una “área segura bajo llave que no pueda ser visible por el público bajo ninguna circunstancia”.
Tampoco está permitido sacar fotografías de los libros entregados para su puesta a la venta.
Tales son las medidas de seguridad que rodean el lanzamiento de la esperada novela que, aunque en lengua castellana no llegará hasta el 2008, en algo más de una semana se podrá encontrar en las librerías del Reino Unido, EEUU, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica a un precio de 32 dólares.