Luis Enrique Mejía Godoy: La voz de una región

La Organización internacional del trabajo (OIT) presentó recientemente el disco “Canciones del Trabajo”, una obra musical que busca contribuir con la promoción de la cultura de la laboriosidad y del emprendimiento a la gente de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá y República Dominicana y que está disponible para descarga gratuita, una canción por semana en www.oit.or.cr.

Su página web (portal.oit.or.cr) explica que estas canciones “nacen de las realidades y aspiraciones de nuestros pueblos”. La voz que lleva el mensaje es la del cantautor nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy, reconocido por los mensajes sociopolíticos de sus canciones desde la década del 60.

Desde Nicaragua, vía telefónica, Mejía Godoy conversó respecto a este nuevo proyecto, la realidad centroamericana y los cantautores de nuestra región.


¿Cómo se da el trabajar en el disco “Canciones del trabajo”?

En primer lugar debo contarte que fue una iniciativa del señor Virgilio Levaggi, director regional de la OIT que tiene sede en Costa Rica, en un concierto en Nicaragua. Después nos encontramos de pura casualidad en un aeropuerto, me conversó de la idea que tenía de sacar un disco en el marco del aniversario de la oficina y a mi me interesó el tema.

Entonces me dijo que el texto de las canciones tenían que llevar el tema del trabajo y que, por supuesto, desde Nicaragua debía cantar en mi formato con un grupo que tengo que se llama Tierra Fértil; nos pusimos entonces a elegir canciones, no fue nada fácil porque incluso tiene lo que se llama Canción regional centroamericana como en el caso de El Salvador y Costa Rica que son canciones viejas, en el caso de El Salvador se incluyó la canción “El carbonero” que es la canción nacional del país y en el caso de Costa Rica, la canción “Caña dulce” también es muy importante para el país.

La selección la fuimos haciendo bajo los parámetros que exigía la producción y así fueron saliendo canciones de Juan Luis Guerra, Rómulo Castro, Guillermo Anderson, Rubén Blades, mi hermano Carlos y yo (los Mejía Godoy) y las canciones de Costa Rica y El Salvador.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Rubén Blades, Rómulo Castro y Juan Luis Guerra?

De hecho, no trabajé con ellos, todo el trabajo se hizo en Nicaragua con el permiso de ellos. Todo lo consiguió la OIT, quienes entablaron la relación con los cantautores para los acuerdos. El disco no tiene ningún valor comercial hasta ahora, sólo se hizo para promocionar el aniversario de la OIT pero había que pedir autorización y hacer el pago por derechos de autor.

Yo lo que hice fue arreglos en función de mi estilo, de mi trabajo musical mezclando las versiones con otros instrumentos como la marimba, el acordeón, la mandolina, el violín e instrumentos propios de la cultura afrocaribeñas, la contribución afrocentroamericana. Algunas cosas están parecidas a las versiones originales y otras no; en el caso de Rubén Blades, la canción que se uso fue Pablo Pueblo que tiene arreglos de salsa, yo la instrumenté e hice una mezcla – como se hace en la música de ahora – entre la milonga, el bossa nova y el soca. Lo mismo con Juan Luis Guerra, él tiene la canción “Rompiendo fuente”, esa canción originalmente es un merengue y yo la hice una bachata, porque a mi me pareció que la letra se perdía en la versión de merengue, entonces todas las canciones tienen arreglos novedosos para que quedaran dentro del disco, un producto que nace en Centroamérica, pero tiene musicalidad latinoamericana.

¿Qué papel juega la música en la erradicación del abuso laboral y la promoción del trabajo decente?

Independientemente de que este disco de la OIT sea una forma de promocionar, un regalo y una cosa bonita con música de Centroamérica, son importantes las palabras, el texto de las canciones. Lo del trabajo decente o el trabajo digno es muy importante, tan importante como el no promocionar el trabajo infantil que en nuestro país es una cosa impresionante y es difícil erradicar eso, es un círculo vicioso que no sabemos cómo romper. Yo creo que no podemos luchar contra la pobreza si no promovemos la educación y la cultura, sin ellos no puede haber desarrollo para ningún pueblo, estamos claros en eso.

Nosotros como artistas, aunque estas canciones ya estaban hechas y fueron encargadas, manejamos estos temas como una prioridad. Pablo Pueblo de Rubén Blades si no me equivoco es de 1974 y Supermercado en el semáforo, la de Rómulo Castro (letra de Consuelo Thomas), que es muy fuerte aunque parezca una canción para bailar, tiene como 10 años y mi canto, que es de la Misa campesina y que la gente conoce como “El Dios de los pobres” habla de las distintas formas de trabajo dignas y decentes es un tema de 1976, pero opté por hacer una canción que se llama “Oficio y tradición” que es un homenaje a un marimbero, un campesino que durante el día labra la tierra, en las tardes hace marimbas y en las noches toca la marimba es el homenaje a eso que muchos nicaragüenses hacen. Entonces el tema del trabajo digno, decente y la lucha por erradicar cualquier tipo de trabajo que sea explotación es un tema que los artistas hemos incluido siempre en las canciones.

A nivel de interpretación, ¿es usted el intérprete?

Las interpreto yo y la instrumentación es mi grupo y usamos también algunos invitados, todos nicaragüenses.

Ahora que hace mención de que todos son nicaragüenses, ¿a qué considera el hecho de que en Nicaragua, en comparación con el resto de Centroamérica, haya tantos artistas y tanto talento, usted levanta una piedra y sale un artista de Nicaragua? Tomemos por ejemplo más próximo a su familia, donde todos están involucrados de una forma u otra en el arte.

Bueno, realmente no se explicarlo pero tengo mi propia tesis. Nicaragua es el país que en Latinoamérica está en el centro, es el centro de todas las culturas que viajan del norte hacia el sur y del sur hacia el norte, nosotros somos un puente de influencias y confluencias de culturas, de lo español, lo precolombino, también de personas culturales, folclóricas. Nicaragua tiene costa Caribe y costa Pacífico y por ambas fronteras, digamos, del mar entraron múltiples personas. Esa es mi tesis. Ahora, yo lo entiendo como un país que no ha sido desarrollado, Nicaragua siempre ha sido un país pobre, prácticamente de agricultores, de campesinos, un país de analfabetas – como ha pasado en otros países de Centroamérica, pero más que todo en Nicaragua – y es curioso que este es un país lleno de artesanos, artistas, pintores primitivistas, de gente que se hace sus instrumentos y tocan sus instrumentos como la marimba. En la literatura, la narrativa, la pintura, la artesanía…hay una riqueza enorme y mucha ni siquiera se conoce, pero somos un país con poca educación y poca formación formal y con escasez de muchas cosas porque en Nicaragua no hay escuela de música y no hay conservatorio, imagínate que pasaría si tuviéramos la oportunidad de desarrollarnos, pero evidentemente no solamente pareciera, como decís vos, que levantas una piedra y sale una manifestación artística, sino que la familia nuestra no es una excepción, hay 10, 15 o 20 familias donde hay músicos, poetas, artesanos, pintores y muchas de esas cosas no salen de Nicaragua, pero el nicaragüense apoya mucho lo propio, nosotros consumimos nuestra propia artesanía, música y pintura; tampoco Gioconda Belli es una excepción, ni Darío es una excepción; entonces de Darío hasta el último de los poetas jovencitos son realmente productivos, con certeza no se decirte dónde está la cosa.

Respecto a saber dónde está la cosa, ¿ya descubrió qué tiene la música o todavía se lo está preguntando?

Eso me lo voy a seguir preguntando. Esa canción es un pretexto, es algo que nos debíamos y es una pregunta que me hago para decir realmente la música es algo maravilloso capaz de cambiar la vida.

¿Cree usted que la labor de denuncia social y política de los cantautores, por lo menos a nivel centroamericano, se mantiene actualmente o se ha ido por la tangente a cantarle a otros temas?

Creo que es algo que tiene que ver con los ciclos, con la historia – no estoy hablando de la moda – independientemente se van a seguir haciendo canciones sociales, políticas, de críticas, de protesta o como se llame. Seguirán siendo independientemente de que se esté oyendo el reguetón, la salsa o el folklore. Eso tiene que ver con las circunstancias históricas y los momentos que vive cada país, además tiene que ver un poco con la iniciativa de que gran parte de Centroamérica estuvimos gobernados por dictaduras y eso fue mucho más complicado, ¿cuánto tiempo tuvo que pasar para que de Nicaragua realmente se conociera la poesía de Ernesto Cardenal? Lo mismo con Pablo Antonio Cuadra (ensayista) y las canciones nuestras (Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy) y no solamente las que hablan contra el dictador, sino las canciones que hablaban por la libertad, las que hablaban de sembrar la tierra, etc. Creo que tiene que ver con el momento histórico de cada país, no se si en Honduras en este momento habrá una producción de canciones que hable de las contradicciones que está viviendo ese país, por ejemplo. Pero en Nicaragua nosotros no solamente hablamos de canción social, porque hablamos de la crisis, contra el SIDA, del problema de los niños maltratados, de los derechos de la mujer y eso no es nada político, sino más bien social. Son planteamientos que, como se dice en Nicaragua, “son más viejos que el pinol” y de eso estamos hablando hace siglos.

Yo estoy terminando un disco que se llama “Tengo a América en mi voz” con canciones de los últimos años; hay canciones de amor, canciones muy reflexivas, canciones que replantean muchas cosas y no hay canciones de victoria porque ahora mismo en Centroamérica no tenemos una guerra, excepto la guerra contra el narcotráfico y la pobreza, pero está la confrontación de los años 70 y 80, ¿cómo vamos a estar hablando de ese tema? Aunque las personas siempre piden canciones viejas porque son parte de la nostalgia y la memoria de la gente.

¿Considera usted que la integración centroamericana se da más por los artistas que por los políticos?

De eso estoy totalmente seguro, estoy orgulloso de eso y me da mucha pena decir que no sé lo que hacen los políticos del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), nunca he visto nada que construyan, que al final del año digan “estamos felices porque hicimos esto”, no se a qué se dedican y los gobernantes tampoco aunque hablen de la llamada integración centroamericana y aunque se reúnan mil veces. La canción viaja, la literatura viaja, rompe fronteras, emana, no solamente en el caso de Nicaragua con Honduras y Costa Rica, sino que va mucho más allá de Centroamérica y logra convocar con un el espíritu que tiene el arte y la cultura. Creo, como decía una canción, “el día que los pueblos sean libres, la política será una canción”.

Ahora que habla de traspasar fronteras, aquí se conoce el trabajo de su sobrino Luis Enrique y también algo de Ramón (Perrozompopo), ¿qué opinión le merece el trabajo que realizan ellos? Cada uno va por una vertiente distinta, cada uno con un estilo y un mensaje distinto y, sin embargo, llevando el mensaje artístico y cultural de Nicaragua alrededor del mundo.

Los artistas son de la misma vertiente y de la misma cantera, los Mejía estamos marcados desde mi bisabuelo por la música y decía mi abuela que nosotros tenemos un microbio musical, un virus musical y yo creo que sí porque ahora mis nietos también cantan y quieren ser artistas, los hijos de Carlos, de Chico Luis; bueno, Luis Enrique y Perrozompopo son hijos de Chico Luis; Augusto que trabaja con Perrozompopo y Carlos Luis que es marimbero y tiene ahora La Cuneta son machín son hijos de mi hermano Carlos que es el compositor más importante de Nicaragua. La gente piensa que los Mejía somos una peste, pero somos una peste para beneficio de la sociedad, por decir de alguna manera.

El trabajo de Luis Enrique, que es el más viejo y para ir en orden, empezó después de que nosotros (los Mejía Godoy) consolidamos nuestra obra, nuestra forma de hacer las canciones, de rescatar el folklore, la propuesta musical que ahora está muy mezclada con muchas cosas. Luis Enrique que inicia en los 80 y pico en la música, pero comienza cantando con mi papá y nosotros y las canciones nuestras de folklore hasta que se va a los Estados Unidos, sobrevive, hace lo propio y es una sorpresa inmensa no que cante o componga sino el cómo. Tenía como 20 años y hace una propuesta con un equipo de gente que permite esta nueva manera de hacer salsa y se coloca entre los grandes, eso es lo que realmente nos sorprende, no que Luis Enrique haga música o canciones, él desde antes era percusionista además, entonces él es: percusionista, compositor, cantante y toca varios instrumentos, pero lo importante es que no se quedó en eso, él maduró, entró en contradicciones, tuvo producciones con otra gente hasta que logra volver después de 10 años con un gran éxito que es más que una canción (“Yo no se mañana”) y más que un disco; es un Luis Enrique renovado, que por coincidencia el disco se llama “Ciclos” justamente cuando empieza un nuevo ciclo de él, una nueva imagen y cuando entramos en la vida con una nueva mirada en 2010, el disco está marcado por eso.

Perrozompopo, Ramón, está haciendo música desde hace unos 15 años y también en los últimos 3 ó 4 años ha logrado colocarse con una propuesta muy particular que mezcla rap, reguetón, música brasileña, música andaluza y elementos de rock. Lógicamente, los temas de Ramón sí son muy sociales y politicos; Luis Enrique tiene en la propuesta de “Así es la vida” y “Date un chance” dos canciones importantes de problemas sociales, pero Ramón va directo a esto y así son casi todas las canciones que tiene, a excepción de algunas canciones de amor que tiene por ahí. Este disco nuevo que está haciendo y que ya ha presentado dos temas (“9 días” y “Pasando más”) viene cargado de eso con toda la intención de abrir conciencia, de despertar, de abrir puertas y ventanas y de abrir muros, que era lo mismo que nosotros nos planteamos allá a final de los años 70.

Entonces con Perrozompopo nos topamos con un relevo generacional…

Así es, un relevo generacional no solamente para los Mejía sino para la música nicaragüense. Eso es un hecho.

Claro que también hay otra gente, podemos hablar de Moisés Gadea, de los hermanos Cardenal, Elsa Basil, Clara Grun y de los grupos de rock alternativo que hacen rock nicaragüense entre comillas que hablan de realidades nicaragüenses y centroamericanas en donde ellos, al igual que nosotros, coincidimos en esto de la lucha por la naturaleza, la ecología, contra la explotación de los niños de la calle, el maltrato a la mujer, la violencia intrafamiliar, de la paz, la democracia, la libertad de expresión, etc.

Para concluir, si no me equivoco, su última visita a Panamá fue en el 2005 para una presentación en el restaurante Xoko con Rómulo Castro. ¿Piensa volver a Panamá?

Eso del restaurante se inventó en el camino, realmente se trató de un concierto en el Teatro Nacional que entiendo que fue un evento privado, Rómulo estaba ahí y me invitó a cantar con el grupo Tuira. Ahora tenemos la intención de ir este año, estamos en conversaciones para ir talvez en el mes de mayo y presentar este trabajo de la OIT y también el disco “Tengo a América en mi voz”.

One thought on “Luis Enrique Mejía Godoy: La voz de una región

  1. Ruth, muy buena nota. Respeto al trovador y artista y felicitaciones por meterle cariño a tu blog en este año nuevo 2010

Comments are closed.