En 2010, Ricky Martin, ídolo de la música latina, amor platónico de miles de mujeres al rededor del mundo y creador del boom latino en los Estados Unidos con Livin’ la vida loca, tomó una de las decisiones más importantes y definitivas de su vida: ser honesto con él, su familia y sus fans, admitiendo ante el mundo su homosexualidad. Esta confesión vino de la mano con un libro biográfico que ponía en claro sus experiencias y sus miedos ante su realidad.
Hoy, poco más de una década después, el artista se vuelve a topar con esa sensación de miedo paralizante debido a la actitud de un gran número de personas que han resucitado fantasmas, pero ha sabido cómo enfrentarlo y lo más importante aún, ha utilizado la oportunidad para alzar su voz y enviar un mensaje de apoyo a quienes se sienten marginados y no valorados.
El intérprete de Qué rico fuera, compartió en sus redes el 16 de junio y en los días siguientes, las imágenes de una sesión de fotos junto a su esposo, Jwan Yosef, para la revista CAP 74024 en el marco del Gay Pride y, acorde con una publicación en el instagram oficial del artista, no esperaba una reacción tan prejuiciosa por parte de muchas personas.
Escrito desde “su lado más vulnerable”, el astro puertorriqueño afirma en su nota que la sesión “fue una experiencia maravillosa y una manera de celebrar nuestro orgullo”, pero no esperaba es que después de tantos años, “un gran número de personas decidieron dejar de seguirnos o comentar de manera despectiva”.
“Claro está, no es el número de seguidores lo que me preocupa, es el mensaje qué hay detrás de su decisión lo que me ha provocado el mismo sentimiento que tuve hace años antes de compartir públicamente sobre mi orientación sexual. Ese mismo miedo que me paralizaba, me atormentaba y no me dejaba ser”, señala el artista. “Hoy veo las fotos y lo que siento es una paz plena de poder celebrar a mi familia como se merecen, por todo lo alto. A celebrarme tal y como soy, sin importar el qué dirán”.
Afortunadamente, Martin, asegura que ese miedo ya no lo paraliza “por el contrario, me da mucha más fuerza y me empuja a seguir trabajando por el bienestar de millones de personas que sufren todos los días a causa de la falta de aceptación” y agrega “lo más que deseo en esta vida es que todos podamos sentirnos libres, orgullosos de nosotros mismos, felices, que seamos amados, respetados y aceptados. Que podamos expresarnos cómo nos nace sin tener represalias o ser castigados”.
El mensaje con el que concluye es alto y claro: “No es justo seguir perdiendo valiosas vidas por culpa de los prejuicios y la falta de educación. A todos aquellos que se sienten perdidos o no valorados por ser quienes son y quieren ser, no están solos, hay una gran comunidad que los espera con los brazos abiertos. Valen muchísimo, no lo olviden por favor”.