El largamente esperado juicio por el ataque con ácido contra el director del ballet del teatro Bolshói, Serguéi Filin, arrancó hoy con el testimonio del bailarín Pável Dmitrichenko, quien negó ser el autor intelectual del crimen.
“No reconozco mi culpa. Yo nunca pedí a (el atacante, Yuri) Zarutski que agrediera a Filin y le causara graves daños a su salud”, dijo Dmitrichenko durante la vista celebrada en el Tribunal Meshanski de la capital rusa.
Dmitrichenko, al que la fiscalía acusó hoy de ser el organizador del asalto a Filin, que como resultado estuvo a punto de quedarse ciego, también se negó a someterse al polígrafo para defender su inocencia.
“No hay pruebas de mi culpabilidad. No hubo ninguna premeditación en común. Yo no sentía hostilidad hacia Filin. No me puse de acuerdo ni con Zarutski ni con (el conductor, Andréi) Lipatov para que Zarutski le echara ácido” al director artístico, dijo.
El dramático ataque con ácido ha sacudido los cimientos de la catedral del ballet, salpicada en los últimos años por una espiral de escándalos artísticos y de corrupción, y dejó al descubierto las envidias y rencillas ocultas tras las mallas y tutús.
Mientras, el fiscal aseguró que los tres imputados conspiraron para asaltar en enero pasado a Filin, quien ha tenido que ser sometido a 23 operaciones quirúrgicas en Alemania para recuperar parcialmente la vista.
Según la acusación, Dmitrichenko habría encargado el ataque contra Filin al considerar que el director de la compañía relegaba a un segundo plano a su esposa, la también bailarina del Bolshói Angelina Vorontsova.
Supuestamente, el bailarín estaba enfadado con Filin tanto por el reparto de papeles como por la distribución de los honorarios entre los artistas.
En respuesta, el acusado, quien ha perdido públicamente perdón a Filin por lo ocurrido, adelantó que durante el juicio aportará pruebas sobre que el director artístico del ballet “mantiene relaciones íntimas con las bailarinas más jóvenes”.
Al parecer, el bailarín y sus dos cómplices supervisaron las inmediaciones del domicilio de Filin para conocer la localización de las cámaras de vídeo-vigilancia del edificio.
Seguidamente, Zarutski “compró electrolito en una tienda de piezas de automóvil de la región (de Moscú), vertió en un caldero una parte de la sustancia, tras lo que preparó la mezcla para cometer el crimen”.
“La noche del 17 de enero de 2013, Dmitrichenko advirtió por teléfono a sus cómplices de que Filin regresaba a su casa desde el teatro Bolshói, y en una calle cercana a su domicilio Zarutski le arrojó ácido”, según el fiscal.
Como hecho agravante, el fiscal recordó que, debido al ataque, el cuatro por ciento de la piel de Filin resultó quemada, el rostro y sus dos ojos resultaron dañados, además de que desde entonces sufre cataratas y glaucoma.
El abogado del director artístico del Bolshói, quien ha pedido la máxima pena posible para los tres acusados, adelantó que Filin comparecerá el próximo 6 de noviembre ante el tribunal, que celebrará su próxima vista el 31 de octubre.
Los tres acusados, que se encuentran en prisión preventiva, están acusados de conspirar para causar un grave daño a la salud de otra persona, lo que les podría acarrear una pena de hasta 12 años de cárcel.
Por su parte, Zarutski insistió hoy, al igual que en las audiencias preliminares, que él cometió el crimen en solitario y exculpó a los otros dos imputados en el caso.
“Lo hice yo. Dmitrichenko y Lipatov no participaron”, dijo el imputado, quien tiene antecedentes penales.
Para complicar aún mas el panorama, la defensa de Dmitrichenko presentó hoy una demanda ante el Comité de Instrucción de Rusia por una supuesta agresión contra su cliente por parte de efectivos de la policía el pasado 16 de octubre.
Esto ha sido negado rotundamente por la policía de Moscú, que aseguró que los policías que escoltaban a Dmitrichenko en el furgón se abstuvieron de recurrir a la fuerza pese al comportamiento agresivo del imputado.
Filin regresó a Moscú el pasado septiembre después de ser tratado durante más de medio año en el prestigioso hospital universitario de la ciudad alemana de Aachen.
“Me encuentro bien… Poco a poco voy avanzando. Puedo verles. El ojo izquierdo ha podido ser estabilizado. Con él puedo ver lo que pasa en el escenario y volver al trabajo”, señaló, aunque precisó que con el derecho apenas puede ver.
Como tendrá que someterse aún a varias operaciones de cirugía, Filin no podrá por el momento reanudar su labor como director artístico, cargo que ejerce provisionalmente Galina Stepanenko, aunque sí supervisará el trabajo del ballet desde las bambalinas.
Fuente: Ignacio Ortega / EFE