Sus gustos musicales revelan los acordes de su vida

¿Madonna, Mozart o Eminem? Sus preferencias musicales podrían predecir los patrones de su vida, como su actividad sexual, el uso que haga de las drogas e incluso su perspectiva política, según un nuevo estudio británico.

Y no es tan predecible como usted podría pensar. El estudio de 2,500 personas encontró, por ejemplo, que los amantes de la ópera son igual de propensos que otros amantes de la música a probar drogas alucinógenas y que muchos fanáticos del hip-hop tenían puntos de vista más o menos conservadores sobre diversos temas.


Aunque otros estudios sobre los gustos musicales se han enfocado en amplias demografías, “esta investigación, hasta donde sepa, es la primera en se han evaluado estos aspectos realmente específicos de las vidas cotidianas de la gente”, afirmó el autor del estudio Adrian North, profesor principal de psicología en la Universidad de Leicester.

Se espera que los hallazgos sean publicados en la próxima edición de la revista Psychology of Music.

Los cambios recientes en la tecnología, como el iPod y otros dispositivos para música descargada de Internet, han hecho que la selección de música personal sea aún más fácil.

“Las personas seleccionan su propia música mucho más que antes”, afirmó Terry Pettijohn, experto en música y conducta humana y profesor asociado de psicología del Mercyhurst College de Erie, Filadelfia.

¿Pero qué puede decir su gusto musical sobre las demás cosas de su vida?

En su estudio, North le pidió a 2,500 británicos que dijeran cuál era su género musical favorito y luego que llenaran cuestionarios de temas como sus ingresos, educación, situación laboral, vivienda, actividad sexual, perspectiva política y moral, actividades de recreación y preferencias en los medios.

Los fanáticos del hip-hop y la música dance constituyeron tal vez el grupo más “alocado” de la encuesta, apuntó North. Más del 37 por ciento de los aficionados al hip hop y casi el 29 por ciento de los fanáticos de música dance habían tenido más de una pareja sexual en los últimos cinco años, en comparación con sólo el 1.5 por ciento de los amantes de la música country. Más de la mitad de los fanáticos de hip-hop y la música dance afirmaron haber cometido un acto criminal por lo menos una vez en sus vidas y también fueron mucho más probable que hubieran probado las drogas ilegales que los fanáticos de otros géneros musicales.

Pero hubo una sorpresa.

“Tenemos la idea de que los fanáticos del hip-hop, el rap y la música dance son tipos liberales”, dijo North. “Pero en muchos aspectos, encontramos que tenían creencias relativamente derechistas”.

Por ejemplo, en comparación con las personas que favorecían otros estilos musicales, los fanáticos del hip-hop y la música dance fueron los menos propensos a apoyar el reciclaje o las fuentes alternativa de energía y los menos propensos a apoyar el uso de impuestos para expandir los servicios públicos.

Pettijohn señaló que este hallazgo podría sugerir una diferencia cultural entre el Reino Unido y los Estados Unidos, pues un estudio anterior realizado en los EE.UU. de la música y la psicología encontró que, de hecho, la mayoría de los fanáticos del hip-hop estadounidenses eran liberales socialistas.

Y se preguntó si la juventud relativa de los que aman el hip-hop y/o la música dance es el principal motivo de sus conductas arriesgadas.

“Me gustaría ver algo que mostrara que las personas a las que les gusta el rap, el hip-hop y la música dance siguen prefiriéndolas a los 40, 50 y 60 años”, afirmó.

Sin embargo, no todos los “arriesgados” oían las rimas de 50 Cent. Un gran número escuchaba a Pavarotti o a Bach, según mostró el estudio.

“Por ejemplo, viendo el uso de drogas, el 12.3 por ciento de los fanáticos de la ópera había probado los ‘hongos mágicos'”, apuntó North. “La cifra no fue muy diferente para los fanáticos de otros tipos de música”.

Uno de cada cuatro amantes de la clásica y la ópera también afirmaron haber por lo menos probado la marihuana. También eran conductores terribles: casi la mitad (el 45 por ciento) había incurrido recientemente en algún tipo de falta de tránsito, en comparación con el 23 por ciento de las personas que mencionaron a los “musicales” como su categoría favorita de música.

Aún así, en otras cosas, los fanáticos de la música clásica cumplían con el estereotipo. En comparación con los amantes del hip-hop, tendían a tener mejor educación y a ganar más dinero, y era más probable que pagaran sus cuentas de tarjeta de crédito cada mes, evitaran la prensa sensacionalista y prefiriesen con mayor frecuencia el vino a otros tipos de alcohol.

North estuvo de acuerdo con Pettijohn en que las respuestas a la encuesta podrían variar entre el Reino Unido y los EE.UU. Por esto, lanzó una encuesta en línea dirigida a recolectar datos sobre la música y el estilo de vida de personas de todo el mundo (www.musicaltastetest.com).

“Espero acumular por lo menos 10,000 respuestas, para comprender mejor las tendencias entre países”, explicó.

La creencia de North es que la música en sí no crea cambios en el estilo de vida.

“La música responde a una necesidad particular”, apuntó, “y ciertas elecciones de estilo de vida hacen que sea más probable que las personas se encuentren en situaciones sociales que los relacionen con preferencias musicales”. Por ejemplo, los jóvenes con dinero podrían gastarlo bailando en clubes nocturnos, lo que puede hacer que prefieran la música dance y que experimenten con drogas ilegales, que se consiguen con frecuencia en esos lugares.

Nada de esto significa que la música dance en realidad fomente que las personas usen drogas, apuntó North. “No es un caso de que el factor A cause el factor B”, añadió.

Y aunque la investigación demuestra que la mayoría de las personas forman sus preferencias musicales de por vida entre los 16 y los 24 años de edad, nada está grabado en piedra, agregó North.

“El gusto puede hacerse más sofisticado a medida que uno envejece”, apuntó, “sobre todo porque el cerebro ha escuchado más música y puede procesar cosas más complicadas”.

“Aún así, no es probable que uno cambie de Britney Spears a Beethoven”, finalizó.

Más información

Para más información sobre las conexiones entre las preferencias musicales y la psicología, vaya a la American Psychological Association.