Por: Fernando López Peralta
Después de La calle del espanto, la historia del primer presidente del pueblo, desarrollada en Salsipuedes, Richard Brooks vuelve a plasmar un singular estilo literario con su homenaje a un personaje inmortal. Alonso Quijano y Richard Brooks son los protagonistas de una publicación que está más allá del tiempo y los espacios; son exploradores en un universo sin fronteras y héroes de una gran batalla en pro de la cultura. Juntos “cabalgan por el arcoiris de las pasiones humanas”.
La lectura coincidió con un suceso “espectacular”: El jueves 6 de julio, cerca de las 9:30pm., sale al escenario Olga Tañón -La Mujer de Fuego-; talento, carisma, ímpetu, humanidad, orgullo. El público bailó y cantó junto a ella en una magnífica noche.
– ¿Qué tienen en común Olga y Richard?
Richard cuenta que en La bitácora de la fantasía, Alex Medela “el informal” entrevista en Salsipuedes a personajes de la obra en busca de impresiones y “en ese momento pasa un “pay” y Alex la piropea… La dama es tratada con la elegancia típica del panameño. En cambio Olga en los carnavales de 2006 es abordada con una pregunta grosera, no informal ni confianzuda ni irreverente, se le formuló con absoluta falta de consideración y el malcriado hábito -orgulloso e igualado- del “caballero” que luego presentó un reportaje parcializado que la hacia ver como una mujer “jodida”, en buen panameño. Seguro estoy que si Alonso Quijano -en su aventura como Don Quijote- hubiese estado en Panamá para el carnaval habría dado su justo escarmiento al atrevido. Olga, más que como artista, como mujer merece RESPETO. Ama su arte y deja el alma en nuestros escenarios tal como lo hace Richard en sus obras. Reitero mi admiración sincera por los artistas como Richard y Olga, quienes no requieren andar detrás de nadie para pedir un trozo o recoger migajas del pastel en el cafetín del juega vivo y la popularidad del panameño-.
Ricardo Arturo Ríos Torres, gran amigo de Richard Brooks y admirador del buen ciudadano es citado en repetidas ocasiones, pero en ninguna con palabras más exactas para describir la narrativa de Brooks cuando señala: “La literatura es cosa viva, expresa el ansia de infinitos de cada hombre, es un peregrinaje de absurdos.” Los que conocen La calle del espanto saben que Richard Brooks es una persona apasionada, visionaria. La bitácora de la fantasía ratifica su genio pleno de paradojas, libre de preocupaciones conceptuales y siempre atento al entorno social.
“Carece de trama y temática creíble” es uno de los argumentos auto-críticos que emplea el autor. Como Oscar Wilde expresó “sería maravilloso que yo mismo contase todo esto de mí mismo”, Richard se deja llevar por su imaginación a un viaje de aventura creativa junto a personajes históricos y literarios. Es cierto que no hay trama específica, pero leer la locura barroca de Richard Brooks satisface curiosidades y crea nuevas perspectivas, amplía horizontes.
La prosa puntual y sencilla ponen al lector en contacto directo con la obra. Richard surge más sensual y romántico en su visión del mundo; un enamorado con los pies bien puestos sobre la tierra, y acompañado siempre del más grande caballero andante Alonso Quijano, actúa con plena lucidez.
Su estilo destaca en el uso del intertexto con autores y géneros diversos; Mercedes Arias, Neruda, Ramón Fonseca Mora, José Saramago, Ricardo Ríos, Augusto Roa Bastos, Simón Bolívar y Demetrio Korsi, entre muchos, aparecen sin egoísmo en un homenaje literario cargado de aventura quijotesca.
Richard Brooks es un hombre universal, como el inmortal personaje creado por Cervantes. No le importa ni el tiempo ni el espacio, ama a las mujeres y a las aventuras; es un caballero, excelente amigo, hombre de letras y en una de sus vidas fue valiente luchador de la generación del 58, con quienes “hizo de cada panameño una bandera y sembró soberanía en su corazón”. Es digno de admiración por su didáctico método de fomentar la creación e interpretación literaria.
La bitácora de la fantasía es sencillamente la historia de las andanzas de un personaje audaz que también escribe con pasión. El libro será un hito en la literatura panameña ¡seguro!…
No necesito un babalá ni un santero
ni contemplar en una bola de cristal,
si mi futuro yo lo veo en tu mirada
si no estás sé que no puedo continuar…
Porque la vida es dura
la noche es oscura
y el mundo se enfría
cuando tú no estás.”
Caramba. pero que bueno esta esto !
Estas haciendo historia Fernando Lopes Peralta. Sembrando memoria para este Panamá y surrealista que parece no tener ninguna. ! Y por supuesto que esto no es cubrir “sociales”. Felicidades .Buenismo el posteo, me encanto .
Y esto de Rios Torres…me mato !
“!La literatura es cosa viva, expresa el ansia de infinitos de cada hombre, es un peregrinaje de absurdos.” !Que gran verdad !
Pedro Azael
Muy interesante escrito.
Gracias por hacerme parte de esta ficciòn. Espero que estas lìneas no sean tomadas como “falta de consideración y el malcriado hábito”.
Saludos
Alex Medela