Ha salido en todas las plataformas digitales bajo el sello Sony Music el nuevo álbum de Jorge Drexler tras 5 años de ausencia de material nuevo. Se trata de “Tinta y Tiempo”, un álbum de 10 canciones acerca del amor, ya que – como dice el coro de la canción que abre este material, “el amor es el plan maestro”. Su creación inició en plena pandemia y se ha convertido en un manual de supervivencia.
En palabras del periodista argentino Gabriel Plaza “Tinta y Tiempo es una metáfora sobre el amor y la práctica artística: habla de las relaciones de pareja, los lazos familiares, la pulsión por la escritura pero, también, habla de las crisis, los obstáculos que se presentan en el camino y cómo sublimar el dolor. Estas diez canciones nuevas, que fueron el refugio del autor para rearmarse, también lo serán para quien reciba el mensaje y las escuche por vez primera”.
“Tinta y Tiempo” inicia con un imponente tema titulado “El plan maestro“, con la orquesta de la Comunidad de Madrid, coros femeninos y del cantautor panameño Ruben Blades, cuya participación inicia con una saloma seguida de una décima en un ritmo parecido al joropo; se destaca aquí que tanto la saloma como la décima, son estilos musicales arraigados en la música campesina de Panamá. Alejandra Melfo, física que da clases en la Universidad de los Andes, en Mérida, es prima de Drexler, “referente en cultura y en ciencias y en ideas”y ha sido la encargada de escribir la décima que canta Blades.
“Corazón impar” invita al sonido de orquesta y nos narra una historia de naranjas sin mitades, de corazones inmensos pero que parecen rompecabezas incompletos. Le sigue un tema que habíamos escuchado tras su lanzamiento en marzo, “Cinturón blanco” dedicado a su esposa, la actriz española Leonor Walting, nos invita a empezar de cero, ante un amor maduro que puede recomenzar.
“Tocarte“, la colaboración con C. Tangana, fue producida por el hijo de Drexler, Pablo de 24 años, cuyo nombre artístico es Pablo Pablo. El madrileño y el uruguayo nos regalan un sensual tema que habla acerca del deseo y que fue el punta de lanza del álbum, el video tiene 3.6 millones de vistas en Youtube y en Spotify tiene más de 7 millones de reproducciones, siendo al día de hoy la segunda canción más escuchada de Drexler en esta plataforma (la primera es “Nominao”, colaboración de ambos artistas para el álbum de Tangana).
La canción que le da nombre al álbum, “Tinta y Tiempo” es quizás la que más “suena a Drexler”, un inicio vocal parecido a la “Milonga del moro judío” (Eco,2004) que musicalmente nos lleva a la zamba explorada en el disco Frontera (1999), cuenta cómo trabaja la inspiración.
El funk “¡Oh, Algoritmo!” tiene la colaboración de la cantante israelí Noga Erez, habla del consumo digital y de cómo las plataformas parecen “adivinar” nuestros pensamientos, incluso nos conocen más que nosotros mismos, mientras que la samba “Amor al Arte“, presenta lo opuesto: respetar el trabajo, cobrar lo justo, pero trabajar por amor al arte, de manera genuina.
El pop se hace presente en “Bendito Desconcierto“, interpretada en compañîa de su compatriota Martín Buscaglia, un puente musical entre Montevideo y Madrid.
La zona del amor familiar debuta con “El día que estrenaste el mundo” un coqueteo de bossa nova respecto a lo que conlleva la paternidad vivida por el cantautor que tiene 3 hijos que, casualmente, participan en el cierre del disco; el tema “Duermevela“. dedicado a la madre de Drexler fallecida en 2018. La canción parece una canción de cuna en la que el oyente se va meciendo suavemente con coros de sus hijos pequeños, Luca de 13 años – a quien constantemente recuerda en sus shows en vivo por dedicarle la canción “Noctiluca” (Amar la trama, 2010) – y Leah de 10 años, ambos frutos de su matrimonio con Walting. Su hijo Pablo, también fue el productor de este tema.
En un todo, “Tinta y Tiempo” de Jorge Drexler se puede resumir en un viaje por el amor, por sus diferentes facetas, por ritmos deliciosos que reafirman la calidad del trabajo del cantautor urugayo. Un trabajo hecho con cuidado, detallado y pulido, poco a poco y con buena letra, como Drexler nos tiene acostumbrados.