La magia del Quijote, lectura de reflexión

Por Humberto López Cruz
Universidad Central de Florida

A más de cuatrocientos años de su publicación, El Quijote sigue despertando interés en todos aquéllos que lo leen; interés que se transmuta en fascinación una vez que se estudia. No nos debe sorprender que la mayor entrega en el idioma español siga contando con ediciones y ensayos para encontrar nuevas vías de aproximación crítica. La novela de Miguel de Cervantes ha establecido un antes y un después en las letras hispanas y una indiscutible posición de jerarquía en la literatura universal. Al repasar la historiografía literaria de los países donde el español se erige como idioma oficial encontramos una significativa colección de ensayos críticos sobre la monumental novela cervantina. Panamá, tras su primer centenario como república en la arena política y cultural hispanoamericanas, no ha querido quedarse atrás.

Ricardo Arturo Ríos Torres e Isolda De León Becerra han compilado una interesante perspectiva sobre la imagen del caballero de la triste figura y su impacto en la sociedad docente. Ambos educadores tienen como meta presentar una novela y a unos personajes desde la óptica de la vida misma para constatar cómo el ingenioso hidalgo se inscribe en otras tantas facetas de la cotidianidad del individuo promedio. Es por ello, me aventuro a decir, que titulan su texto La magia del Quijote; una aventura que disfruta todo lector que decide enfrentarse al texto cervantino. No obstante, la magia se extiende a otras dimensiones más lejanas, ya que la lectura de esta novela nos involucra en su hechizo y se reproduce en el acontecer diario. De ahí que ambos profesores insistan en subrayar puntos en los cuales deberá basarse un lector primerizo ante tan singular obra.

El prólogo del texto corre a cargo del historiador Diógenes Cedeño Cenci quien señala la importancia de este texto como herramienta indispensable para el lector. Considero muy beneficiosa la orientación pedagógica que encierra esta entrega de Ríos Torres y De León Becerra. Es un texto que va dirigido hacia el estudiante que va a leer El Quijote para indicar pasajes significativos, e imprescindibles, que todo joven lector debe considerar en su primera lectura de la novela. Cedeño Cenci no es parco al explorar este punto en su mencionada introducción. Los conceptos de libertad, amor, poder, justicia, patria, lealtad son traídos a colación por los autores y, al mismo tiempo, engarzados con pasajes del texto cervantino donde pueden encontrarse ejemplos de cómo el autor español inserta estos conceptos dentro de la visión de su sociedad y cómo dichos juicios han perdurado, sin adolecer de obsoletos, hasta nuestros días.

Los breves capítulos en que está subdividido el texto exploran un punto o un fragmento de la novela cervantina para llevar a cabo una explicación crítica desde el punto de vista de los autores. Cada capítulo cuenta con un epígrafe cuya interpretación va a lograr una intersección con lo expuesto en dicho apartado; estos epígrafes sirven de antesala a un punto por explorar y discutir. El texto alude, en todo momento, al descubrimiento que deberá llevar a cabo el lector de las facetas de los personajes cervantinos, ya que si es notable el enfoque que se le dispensa al hidalgo no por ello se opaca la importancia otorgada al escudero; inclusive, la quimera de Dulcinea es vista objetivamente al igual que varios de los otros personajes.

La magia del Quijote culmina con un curioso capítulo: opiniones de personalidades literarias sobre la novela cervantina. Es atractivo comprobar cómo la crítica internacional reconoce el valor de una obra imperecedera, y cómo, desde diversos puntos de vista de cualquier lector, El Quijote encaja bajo los parámetros escogidos por el estudioso de turno. Esto muestra, una vez más, que Cervantes nos legó un preciado documento del que todos podemos hacer uso y aprender de sus enseñanzas.

Es indiscutible que leer El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha es un placer reservado a todos los amantes de la lectura. La novela de Cervantes ha atravesado la barrera del tiempo y se afirma en la perennidad de la raza humana. No estamos completos hasta llevar a cabo esa lectura de reflexión que provoca el Quijote; fomentar dicho encuentro literario es deber de todo educador. La magia del ingenioso hidalgo, abanderado por un nuevo esfuerzo quijotesco—esta vez a manos de Ríos Torres y De León Becerra, se extiende entre sus lectores.