Por: Leadimiro González
Iguandili López se siente orgullosa de ser una mujer indígena y ese orgullo lo ha llevado hasta el escenario, donde a través de la danza ha mostrado al público la mitología del mundo kuna.
Desde hace más de quince años, Iguandili López se dedica a la danza. Inició sus primeros pasos en la Universidad de Panamá, en la Escuela Nacional de Danzas y un buen día cogió sus maletas y se marchó a Costa Rica y de allí a México para obtener su Licenciatura en Danza Contemporánea. Hace poco regresó a Panamá, luego de permanecer un par de años en Costa Rica donde realizó sus estudios en Maestría Dancística. Esta bailarina no para de trabajar, ya que el próximo 2 de marzo, a las 7:00 de la noche, estará inaugurando el Taller de Danza Guiled, un espacio donde la niñez y juventud indígena y no indígena tendrá un lugar para aprender el arte de la danza.
Con motivo de la inauguración de este taller, localizado en calle 32, entre avenida Cuba y Perú, a un costado de la Lotería Nacional, entrevistamos a esta singular bailarina kuna.
¿Cómo fue que empezaste a interesarte por el ballet?
Creo que ese talento estaba dentro de mí, pero lo vine a descubrir cuando cursaba estudios en la secundaria y estuve bailando casi cuatro años en un grupo folclórico. Después entré a la universidad e inicié mis primeros pasos en la danza.
¿En esos primeros inicios recibiste el apoyo de tus padres?
Yo siempre tuve contacto con mis padres. Mi madre principalmente siempre me apoyó, porque no tengo padre. El apoyo de la familia es importante cuando un hijo o una hija entra a estudiar cualquier arte y gracias a mi familia estoy aquí y me siguen apoyando hasta ahora.
¿Qué has tenido que sacrificar por la danza?
Cuando uno se dedica a estudiar cualquiera carrera, sobre todo arte, hay que sacrificar muchas cosas. En mi caso tuve que sacrificar, la última vez que fui a estudiar a Costa Rica, a mi familia, porque tengo un niño de tres años y me lo tuve que llevar conmigo. Los primeros tres meses me acompañaba a la universidad porque no tenía con quién dejarlo, posteriormente, mandé a buscar a mi madre y me ayudó a cuidarlo. También tuve que dejar a mi esposo y ese es un sacrificio que uno valora ahora.
¿Ha valido la pena?
Claro que vale la pena porque cada persona tiene su sueño y mi sueño siempre ha sido dedicarme completamente a la danza para compartir mis experiencias y conocimientos con la niñez y a la juventud, especialmente kuna.
¿Cómo la danza te ha ayudado como persona?
Mucha gente dice que el arte no paga, que de eso no se puede vivir, sin embargo, yo vivo de eso porque soy profesora de la Escuela de Danza y como persona, como mujer, me ha ayudado mucho, sobre todo a valorar mucho más la vida y de compartir experiencias.
¿Qué siente Iguandili a la hora de subir a un escenario para danzar?
Creo que cada artista tiene su propio sentimiento; es una entrega total. En ese momento uno no está consciente que el público está sino la parte interior de uno. Siempre la danza ha sido para mí como un arma de mujer kuna para mostrar, a través de mis coreografías, la parte mitológica de mi raza, relacionar todo lo que tiene que ver con la naturaleza o la madre tierra. Por eso mis coreografías tienen relación con la música y el mundo kuna.
En ese sentido ¿Has sentido alguna discriminación por ser una bailarina kuna?
Creo que un kuna, en cualquier lugar, por ser indígena es discriminado, por eso digo que cuando uno sabe de dónde viene, dónde están sus raíces, uno lo tumba. Claro que he tenido que aguantar muchas cosas, pero el orgullo de ser kuna, el orgullo de ser indígena me ha servido para resaltar que yo también tengo valor como ser humano.
¿Cuál es el mayor sueño de Iguandili como bailarina?
Mi mayor sueño es que este espacio de taller de danza Guiled esté permanentemente abierto para toda la población kuna y no kuna y viajar a otros países para demostrar que los kunas estamos aquí, presentes.
creo que es un esfuerzo que cada uno de nosotros como persona debemos hacer para cumplir con nuestros sueños, aunque unos mas que otros.
es un ejemplo para nosotros los kunas, refuerza nuestra identidad como pueblo…