Jean-Michel Jarre llenará de electrónica el palacio del Elíseo

Jean-Michel Jarre llenará de electrónica el palacio del Elíseo, o palais de l’Élysse, el 21 de junio, no por excentricidad sino porque el pionero de la música electrónica recibirá ese día la insignia de Comandante de la Legión de Honor, la más alta orden francesa del mérito, tanto militar como civil, de la manos del presidente francés Emmanuel Macron.

En el patio del palacio, Jarre hará el concierto en el marco de la Fiesta de la música que anualmente se celebra no solamente en Francia sino en diversos países en los que la Alianza Francesa o la Embajada de dicho país tiene presencia.

En comunicado de prensa enviado por su casa discográfica, el creador de Oxygen Pt.4  dijo: “Estoy increíblemente emocionado y honrado de tocar en un lugar tan único y venerado. Al celebrar juntos un día internacional de la música, tengo la esperanza de que veamos la luz al final de este túnel”.

Además de Jarre, en el concierto participarán Irène Dresel, NSDOS, Cerrone y Glitter. El evento ofrecerá a 200 jóvenes titulares del Pase Cultural la posibilidad de compartir una experiencia colectiva (COVID-seguro) que celebra la diversidad y el patrimonio de la música electrónica francesa. Los aficionados de todo el mundo podrán unirse a la acción en directo mientras se transmite a través de las plataformas sociales, como TikTok y YouTube.

Jarre es  embajador de la UNESCO para la educación, la ciencia y la cultura, defensor del medio ambiente y ganador de la medalla Stephen Hawking a la comunicación científica. Su catálogo actual, que incluye 21 álbumes de estudio, ha generado unas ventas de más de 85 millones de discos en todo el mundo.

En octubre de 1981, Jack Lang, ministro de Cultura, nombró a Maurice Fleuret como director de música y danza. Fleuret sienta las bases de una nueva concepción: “La música estará en todas partes y el concierto en ninguna parte»  Evoca una «revolución» en el campo de la música, que tiende a hacer que todas las músicas se encuentren – sin jerarquía de género ni de origen – en una búsqueda común de lo que él llama «una liberación sonora, una embriaguez, un vértigo que son más auténticos, más íntimos, más elocuentes que el arte».

En 1982, una gran encuesta sobre las prácticas culturales de los franceses es llevada a cabo por el servicio de estudios y de la investigación del Ministerio de Cultura y revela que cinco millones de personas, uno de cada dos jóvenes, tocan un instrumento musical, mientras que las manifestaciones musicales organizadas hasta ahora sólo afectan a una minoría de franceses. Por ello, Jack Lang, Christian Dupavillon, arquitecto-escenógrafo que era miembro de su Gabinete junto a Maurice Fleuret deducen que el paisaje de la práctica musical en Francia queda por descubrir. Entonces se imaginan una gran manifestación popular que permite a todos los músicos expresarse y darse a conocer. Así, la primera Fiesta de la Música se lanzó el 21 de junio de 1982, día simbólico del solsticio de verano, el más largo del año en el hemisferio norte.