Juan Ramón Jiménez: carnal y erótico

Cuando acaba de terminar el año que celebró el cincuenta aniversario de la entrega del premio Nobel a Juan Ramón Jiménez, el poeta español volverá a sorprender en 2007, ya que se está preparando un libro inédito con los poemas que escribió sobre sus muchas relaciones amorosas y carnales, antes de conocer a su mujer, Zenobia Camprubí.

“Libros de amor” es el título del poemario, que aparecerá hacia el otoño en la editorial Linteo, editado y dirigido por el profesor y poeta José Antonio Expósito, y que mostrará a un Juan Ramón desconocido hasta ahora, puesto que el poeta platónico y simbólico por excelencia se revela aquí como un activo amante, con un carácter sexual y erótico muy explícito.

Se trata de un libro que “dará mucho que hablar por lo extraño que es hasta ahora”, explica a Efe Expósito, “porque sin abandonar su profundo lirismo y transcendencia, Juan Ramón plasma aquí un erotismo y una sexualidad muy explícitas que eran incluso extrañas para la época y concretamente para la lírica española”.

Y es que Juan Ramón Jiménez compuso este libro entre 1910 y 1911, con poemas que el poeta tenía pensado publicar en 1913. En ese mismo año, en julio, acababa de publicar “Laberinto”, pero Juan Ramón conoció a Zenobia Camprubí, un hecho que cambió radicalmente su vida, ya que modificó su escritura, su sentir y su orientación lírica”, precisa el editor.

Zenobia se cruzó entonces en la vida del autor de “Diario de un poeta recién casado”, y “Libros de amor”, donde da repaso a su variada y abultada vida amorosa, se quedó en el cajón por miedo a que a su mujer no le gustase.

Porque, como recuerda Expósito, a Camprubí no le gustó mucho ya “Laberinto”, donde el poeta dejaba alguna constancia de algún amor, así es que pensó que “Libros de amor” “no le haría ninguna gracia”.

En este nuevo libro, recuperado de los archivos históricos y de Puerto Rico, se reunirán 80 ó 90 poemas, de ellos, unos veinticinco totalmente desconocidos, ya que los otros el propio Juan Ramón los incluyó, sueltos, en su primera, segunda y tercer antologías.

Y en él, el autor de “Platero y yo” deja patente su relación con Louisa Grimm, casada con el señor Muriedas, descendiente de los hermanos Grimm y la primera mujer que le abrió hacia la lírica inglesa y hacia la lectura de autores ingleses -una tendencia que luego le acrecentaría Zenobia-, en un momento en el que él estaba más alimentado por la poesía francesa.

También está reflejada, entre otras, su relación con alguna monja y con la mujer del médico, el doctor Lalainne, que le cuidó y le dio alojamiento en su casa durante los meses que estuvo en el psiquiátrico del sur de Francia para reponerse de esa melancolía que le perseguía, cuando tenía 20 años. La cocinera de este hospital, Francine, también fue una de sus amantes, y a ella le dedica muchos de sus poemas.

“El episodio de la mujer del médico es uno de los capítulos más llamativos del libro, y que Juan Ramón titula ‘Lo feo'”, aclara José Antonio Expósito, “porque esos encuentros clandestinos en aquel largo verano incluso le llegaron a asustar bastante, y yo creo que por eso se vino a España. Tenía remordimientos porque a la vez sentía mucho agradecimiento por el doctor”.

Pero este episodio Juan Ramón lo justificó en su versos diciendo que él iba a estos encuentros por “un afán de novedad y ella porque la vida no le daba el goce honrado”.

Así es que, si “Ellos”, que también dirigió y editó Expósito, nos presentó por primera vez a un Juan Ramón más familiar, tierno, necesitado y mucho menos hosco de como quiere pintársele, “Libros de amor” dará a conocer a un poeta vital, gozoso y nada ensimismado.

Fuente: Carmen Sigüenza / EFE