Laura Restrepo destaca lucidez e integridad de Saramago

La escritora colombiana Laura Restrepo destacó la lucidez e integridad de José Saramago, una persona que “escribe como vive y vive como escribe”, y añadió que sus novelas revelan claves sobre el ser humano y producen “una conmoción entrañable y sobrecogedora”.

Restrepo (Bogotá, 1950) realizó estas afirmaciones al presentar la obra del portugués Saramago en la tercera y última jornada del ciclo “Lecciones y maestros”, organizado por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en la localidad española de Santillana del Mar, en Cantabria (norte).

Restrepo fue adentrándose en las distintas novelas de Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998, para descubrir en ellas “las sombras, la luz, la sonrisa, las lágrimas, el dolor o la esperanza”.

La escritora colombiana, autora de “Delirio” (Premio Alfaguara de Novela 2005), leyó su ponencia titulada “Esa cosa que somos. De lo humano en Saramago”, y logró emocionar en algunos momentos a los asistentes, al ofrecer su visión de este escritor en el que se da “una armoniosa ecuación” entre su vida y su obra.

“Al igual que los protagonistas de sus novelas, Saramago aparece como una clara impronta de humanidad ante los ojos ávidos y perplejos de los siglos XX y XXI”, afirmó Restrepo, para quien los libros del escritor contienen “el ADN de lo humano, su huella digital, el rastro de su sangre”.

A la autora de “Dulce compañía” (Premio Sor Juana Inés de la Cruz) le conmueven las obras de Saramago, y cada vez que lee “El Evangelio según Jesucristo”, “El año de la muerte de Ricardo Reis” o “La caverna”, llora “a lágrima viva”.

Y cuando se pregunta “por qué las novelas de Saramago llegan tan hondo y estremecen de tal manera”, la mejor respuesta que encuentra es que “la verdad de su prosa y la belleza de su poesía propician el regreso a casa, a ese lugar donde por fin somos quienes somos, donde logramos acercarnos los unos a los otros y descubrimos el rincón que nos corresponde en la historia colectiva”.

Laura Restrepo criticó la literatura comercial y la que sólo busca el éxito fácil y el dinero, para subrayar que Saramago se sitúa “en las antípodas” de esa concepción, porque su “gran literatura” es “portentoso tributo a todo cuanto en el hombre hay de valioso y de cierto”.

“En sus novelas no interesa el triunfo ni el fracaso, sino el resultado del tesón y del trabajo del hombre”, dijo la escritora, que también destacó “la dignidad” que se desprende de los personajes de Saramago y “la clara vocación de totalidad” que hay en su obra, “como en todo clásico”.

Ese “prodigioso narrador de historias de amor” que es Saramago ha creado mujeres “espléndidas” en sus novelas, y quizá la que más emociona a Laura Restrepo es María, “la madre” de “El Evangelio según Jesucristo”, símbolo de todas las madres que no pueden impedir la muerte de sus hijos.

La imagen de la ‘Pietá’, de esa mujer que sostiene en sus brazos a su hijo muerto, impresiona a Restrepo porque se repite en su país, Colombia, y en “ese inmenso y doliente tercer mundo” al que pertenece; “madres que deben enterrar a sus hijos en vez de ser al contrario, como dicta la ley natural”.

La autora de “La novia oscura” no cree que Saramago sea “pesimista”, como se le atribuye con frecuencia. Es “la realidad” la que “es pésima” y la que “invade las más kafkianas de sus páginas”.

La obra de Saramago, hombre de “profundas convicciones”, es “uno de los puentes más consistentes y bellos con que contamos en este planeta para llegar hasta la clave de lo humano”, concluyó Laura Restrepo.