El Diccionario Académico de Americanismos podría estar concluido en 2010

Representantes de las Academias americanas de la lengua se reunieron hoy en la localidad andaluza de Puerto de Santa María para continuar los trabajos del Diccionario Académico de Americanismos, que incluirá unas 100.000 palabras y que podría estar concluido en el año 2010.

La reunión fue la primera de la Comisión Interacadémica, integrada por representantes de las academias americanas.

El director de la Real Academia de la Lengua Española, Víctor García de la Concha, que es también el presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, recordó en una conferencia de prensa que en 2004 las Academias acometieron la preparación de este Diccionario, “un sueño” nacido de la Real Academia Española (RAE) a finales del siglo XIX pero que hasta ahora no ha podido desarrollarse por falta de recursos económicos y técnicos.

Tras varias reuniones preparatorias, el XII Congreso de la Asociación de Academias, celebrado en Puerto Rico en 2002, tomó la decisión de incorporar este diccionario al proyecto lexicográfico integrado, que implica que todos los diccionarios en los que trabaja la asociación estén coordinados en una base informática común.

La obra, que se propone como complemento del Diccionario de la lengua española, pretende crear un repertorio que recoja todas las palabras propias del español usado en América, detallando al máximo la información relativa a las características geográficas, sociales y culturales de cada una de las acepciones registradas.

En su primera etapa, el diccionario incluirá unas 100.000 entradas, tanto autóctonas de América como nacidas en España pero que han cambiado de significado en aquel continente o que, habiendo desaparecido del habla cotidiana en España, se conservan vivas en las variedades americanas del español.

El proyecto tiene un objetivo “noble”, según De la Concha, recuperar y difundir en todo el mundo hispánico el patrimonio lingüístico de un territorio en el que vive el 90 por ciento de los hispanohablantes.

Para ello, se ha constituido un equipo de redacción, formado por lexicógrafos españoles e hispanoamericanos, que desarrolla su labor “en permanente contacto con todas las Academias y con la asesoría de profesores de diversas universidades de América y España”.

Los materiales son enviados para su estudio a las 21 Academias de América y Filipinas, que formulan observaciones y propuestas y, una vez integradas éstas, son examinadas y dictaminadas por la Comisión Interacadémica, integrada por los responsables de cada una de las academias que actúan como coordinadores de las diferentes áreas lingüísticas: Río de la Plata, Chile, área andina, Caribe continental, Antillas, México, Centroamérica, Estados Unidos y España.

Finalmente, el Pleno de la Asociación de Academias aprobará la versión final de la obra, con la intención de que sea presentada a la comunidad hispanohablante con motivo de la conmemoración de la independencia de las repúblicas hispanoamericanas, que comenzará en 2010.

La mayor sinonimia entre los hispanohablantes se establece en los términos que hacen referencia a la sexualidad, en los escatológicos y en los referidos a la ebriedad, en definitiva “los temas relacionados con la diversión y la nocturnidad”, aseguró el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española y miembro de la Academia Puertorriqueña, Humberto López de Morales.

El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, destacó el “espíritu de colaboración y de ser útiles a la sociedad” con este proyecto, y rememoró el “retorno de los galeones” al Puerto de Santa María “pero ahora llenos de voces”.

Considerado como una “verdadera revolución” por el presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, Oscar Sambrano Urdaneta, el proyecto no sería posible, en su opinión, sin la presencia de Víctor García de la Concha al frente de la Real Academia Española “que nunca antes había ejercido tan de hermana mayor como hasta ahora”.

El diccionario académico de americanismos pretende constituirse, tal y como manifestó el director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus, “no en un sepulcro, sino en el granero de nuestro idioma”.